POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Las rebajas han llegado tomado los escaparates.
En la cercanía, bajo el reposo, los almendros cantan de gozo porque llega su íntima primavera particular. Pronto se colocarán sus prendas, vistiéndose de blanco. Rompe la luz ganándole tiempo a la noche.
Pespuntea el frío de la mañana empujando las yemas y los brotes que se ejercitan en su gestación ante el parto que esperan.
Lo hacen calladamente, sin molestar, sin quejarse.
La luz produce latidos para que lo concebido se ponga en marcha y abandone dentro de poco la placenta.
Pronto, en unas semanas, se abrirá de par en par el canto que anunció Miguel, el poeta oriolano que iba del corazón a sus asuntos por los altos andamios de las flores.