POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA).
Esta primavera comenzaba el II Centenario del nacimiento de nuestro gran escritor Eulogio Florentino Sanz (11-3-1822), y se iniciaba con un acto sencillo pero emotivo, en recuerdo de aquella efeméride cultural. Una ofrenda floral en su estatua, varias lecturas representativas de varias personas y el cariño y respeto de un grupo de ciudadanos que estuvieron presentes en el acto.
Hace unos días se ha materializado un homenaje que será duradero y permanente, la edición de la vida y obra de nuestro escritor, en el libro “Vida y obra del escritor Eulogio Florentino Sanz”, y subtitulado “Del Romanticismo al Realismo. De la Gloria a la marginalidad”, una obra de José Antonio Bernaldo de Quirós Mateo, un especialista en esta figura literaria, y que ha editado magníficamente la Institución Gran Duque de Alba. Un gran acto que se desarrolló en el salón de actos de la Casa del Concejo.
Podríamos decir que es un acto de justicia y también definitivo para conocer muchos pormenores de la vida y la obra de este prestigioso escritor romántico que tras estar encumbrado en la fama de la sociedad madrileña y española de mitad del s. XIX, acabó sus días desencantado, abandonándolo todo y rayando la marginalidad.
El autor, Bernaldo de Quirós, es doctor en filología y un gran investigador en diversos aspectos de la cultura literaria de nuestra provincia, que ha destacado especialmente por el estudio del teatro en Ávila, que fue su tesis doctoral, y también por su dedicación durante años a la investigación de la figura del escritor arevalense, actividades que ha alternado con la docencia.
Era esta una asignatura pendiente que nuestra figura literaria merecía, y al fin ha llegado por el expreso interés de la Institución Gran Duque de Alba y de la Diputación Provincial. No en vano aquí estuvieron el presidente de la Diputación, Carlos García, el director de la Institución Maximiliano Fernández, el diputado de cultura Eduardo Duque y el alcalde Francisco León, entre otras autoridades.
En un somero ojeo de esta obra, que aún no ha dado tiempo a más, podríamos decir que es una obra completísima, yo diría que definitiva, sobre el escritor, poeta, dramaturgo y traductor.
Mucho contenido literario, sus obras, pero también una descripción minuciosa de su vida y personalidad bohemia, su vida de escritor, de político, del diplomático, y su talento excepcional, que al final se abandonó dejándolo todo. No en vano, la mayor parte de su importante obra, la realizó en un corto espacio de su vida. Quizás lo que más nos impactó, en este aspecto, fue el descubrirnos ciertos aspectos de su vida y personalidad, quizás no habituales cuando hemos oído hablar de él. Su carácter, su desapego, su actividad a merced de los vaivenes de su estado anímico, su rebeldía a lo establecido, rechazando numerosos puestos importantes… en fin, una vida atribulada que en su época final estuvo a la merced de sus más íntimos amigos.
Tengo también que recordar a otros dos personajes cercanos a nuestra ciudad que a él dedicaron estudio e investigación, además de otros personajes que cita Bernaldo de Quirós. Me refiero a Nicasio Hernández Luquero que además de ser gran escritor y poeta arevalense, tuvo otra faceta en su personalidad bastante más desconocida, la de investigador de nuestra historia y de sus grandes personajes. Cuando se acordó realizar su estatua fue su hija Aurora la que aportó, entonces, una fotografía que fue el modelo para la magnífica escultura de Juan de Ávalos.
También otro amigo nos desveló entonces muchos aspectos desconocidos para el gran público de nuestro escritor romántico, me refiero ahora a Jesús Gil Velasco, un profesor de literatura que fue director del Instituto de Enseñanza Secundaria, el que conocimos en sus inicios como “El Laboral” y que en esos momentos cambió su nombre para ostentar el de I.E.S. Eulogio Florentino Sanz, que, abreviando y a nivel popular conocemos como “El Eulogio”, o “El Florentino”. Gil realizó una importante labor de investigación y divulgación. Tenía interés de realizar su publicación y entonces, por los años 80 del s. XX, también estuvo en contacto con la Institución Gran Duque de Alba, y en esas tareas, nos dejó muy prematuramente… Con él mantuve una estrecha amistad que me hizo depositario de sus ilusiones y algunos escritos.
Justo al lado de la Casa del Concejo, la Casa de la Cultura, donde se estaba celebrando este acto, está la ruina de la casa donde nació nuestro escritor, en la Plaza del Real…
FUENTE: RICARDO GUERRA SANCHO Cronista Oficial de Arévalo