POR MIGUEL ANGEL FUENTE CALLEJA, CRONISTA OFICIAL DE NOREÑA (ASTURIAS).
Para nosotros, Morcín es la capital mundial del nabo y difícil resulta para los asturianos, no identificar el concejo morciniego con esta planta crucífera, que cuenta con “buenas cualidades alimenticias” según dejó escrito Apicio. Es el apellido natural del municipio que le rinde honores, donde cuentan con cofradía gastronómica para ensalzarlo, defenderlo e igualarlo a otros manjares que por modernidad son mucho más demandados. La Foz es tierra de nabos porque tiene una climatología idónea para su cultivo, pues se desarrollan mejor en climas fríos y húmedos. No necesitan mucho sol pero si agua, aunque no excesiva, al menos al principio de su crecimiento. También se les quitan las nabizas con el fin de que la sustancia que ellas absorben se vaya a la raíz, hojas que dan especial sabor a las leches del ganado que las consumen. Se deben soterrar bien y pisar la tierra para que se conserven, que ya lo dice el sabio refrán: ¿Por qué no creciste nabo? Porque no estuve apretado…
Los nabos desde que fueron abandonando su lugar en la cocina en favor de las patatas fue un plato olvidado, y aquella marmita con orígenes precolombinos que tantas hambrunas quitó en los núcleos rurales, queda ahora como recuerdo de lo que fue nuestra gastronomía, pero aunque olvidada, no está perdida y así nos lo recuerdan los dinámicos miembros de la cofradía, que nos hacen recrearnos con el pote de nabos con buen compangu asturiano, porque el sabor de ellos, de las patatas o de las alubias, será tan exquisito como lo sean los ingredientes de cerdo que lo acompañe, aunque pensándolo bien y sin la exageración de los asturianos con todos los guisos, vemos que la Lozana Andaluza además de otras habilidades, sabía hacer nabos sin tocino y sin comino…
Hace un par de semanas visitamos La Foz. En esta ocasión ensalzaban al queso de Afuega ´l pitu, celebración que vienen organizando los miembros de la distinguida Hermandad de la Virgen de la Probe desde 1981. Y La Foz estaba a rebosar. En la margen derecha del río se amontonaban los puestos de artesanía y de alimentación: panes, embutidos, boroña, quesos, tocino, dulcería, monteras piconas, más panes y más embutidos de León, Alto Nalón o de Bimenes. El día amenazaba tormenta y aparecía el sol por momentos en el valle. El cielo estaba oscuro y la nieve no debía estar muy alejada del Montsacro. Hacía frío.
Tengo date, fia´n dote
si te cases con Pachín,
catorce dies de gües
en´os picos de Morcín.
Las bandas de gaitas alegraban la mañana y los visitantes buscaban refugio en La Moncloa, el caldo era de agradecer y los vinos de Cangas no bastaban para echar el frio fuera del cuerpo…
FUENTE: EL CRONISTA