POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Es posible, amigos lectores, que alguien pueda decirme que soy reiterativo en ciertos temas, pero las circunstancias y los momentos a veces requieren insistir en alguno de ellos, y más si es un tema capital para mí y fundamental en mi ciudad, como lo son las fiestas de Las Angustias. Y digo fiestas, porque está tomando carta de naturaleza el acompañar a los ancestrales y varias veces centenarios actos religiosos en torno a nuestra Patrona, con otros actos lúdicos y festivos.
Fíjense, en las más de ochocientas columnas que han aparecido bajo esta denominación ‘Desde mi torre mudéjar’, en 22 ocasiones y aun en fragmentos de otras, dedicado a este tema que, sin embargo, es interminable, con miles de aspectos y facetas desde los más diferentes puntos de vista, y todos para rememorar o dejar plasmado en letras de molde ?como se decía antes, porque el proceso ya es muy otro?, los acontecimiento o detalles de esta gran fiesta de Nuestra Señora de las Angustias.
Y quiero dedicar unas líneas a un aspecto que desde que inicié la investigación histórica para mi libro de la Virgen, he tenido muy presente, el averiguar desde cuándo era Patrona y además, por qué y desde cuando también lo era de la comarca de la Tierra de Arévalo. Pronto en aquellas investigaciones de libros antiguos de la cofradía, en los de las parroquias arevalenses o del cabildo eclesiástico de la entonces villa, de las cofradías de Granada y Valladolid, y también en los libros de actas del Concejo arevalense, donde encontré los primeros datos históricos poco después del año 1500. Y todo esto sin tener el verdadero origen documentado de la cofradía, al desaparecer los primeros libros de la cofradía o el acta fundacional de la cofradía, que evidente era muy antigua, incluso anterior a otras muchas que a lo largo del s. XVI florecen por nuestra geografía hispana.
Desde sus orígenes al amparo del convento de la Santísima Trinidad, existió una capilla que se hizo pequeña y en 1650 de hace otras mayor que fue como una iglesia pegada a la de los frailes. Esa gran obra se construyó y adornó con la aportación de los arevalenses, pero también con mucha ayuda de los pueblos comarcanos y aún más distantes, en dineros, pero también en mano de obra, materiales y transportes, por lo que desde entonces también se la nombra patrona de la villa y la comarca. Unos acontecimientos bellísimos de hermanamiento en torno a nuestra Virgen.
Pues sí, eso de las cien rosas viene a cuento de esto y quiero reseñarlo especialmente, porque en la representación que en las novenas tiene nuestra comarca y sus pueblos, este año, en la figura del alcalde de El Bohodón, Héctor Rodríguez, que leyó una reflexión muy bella y sentida, con otros alcaldes en representación de Tiñosillos, Nava de Arévalo, Espinosa de los Caballeros, Aldeaseca, Palacios de Goda, Bercial de Zapardiel y Madrigal de las Altas Torres, hicieron entrega de cien rosas rojas para adornar la carroza de Nuestra Señora. Otro episodio que me ha recordado aquel de la inauguración de la nueva capilla. Los fieles de la ciudad y de su tierra unidos en el amor a nuestra Madre.
Lo de los mil fuegos es por esa magnífica colección de fuegos de artificio aéreos y el deseo que había de verlos después de varios años sin ellos, por los peligros de incendios, pero también por normativas que no hay en todos los sitios… y no quiero entrar en detalles.
Ese deseo se mostró la noche del domingo pasado cuando un verdadero río de gentes y de vehículos transitaban en busca del mejor punto de vista para ver los fuegos artificiales. Una pirotecnia de gran vistosidad quemada en la explanada de la ermita de La Caminanta y que se podía ver desde muy diversos lugares. Desde la ciudad, del Castillo al puente de los Lobos, o desde fuera de la ciudad, en sus alrededores, con ella de fondo e incendiada de belleza en la fría noche de febrero… al final, unos aplausos que resonaros por diferentes lugares. De fuegos artificiales hablaremos otro día, porque aquí también tienen su historia más que curiosa.
Un magnífico colofón de estas Fiestas de Las Angustias 23, que son una nueva forma de festejar a nuestra Patrona. Intensidad religiosa y popular, y festejos lúdicos para todos los públicos.
¡Buen fin de fiesta!