POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS).
El citado obispo ordenó desde Avilés a Juan Pérez Centella -maestro de capilla de la catedral metropolitana- que eligiese al mejor bajo-barítono del coro para que interpretase al final de las exequias de Catalina el recitativo “Behold, I tell you a mystery: we shall not all sleep…” y “The trumpet shall sound, and the dead shall be raised incorruptible…” del famosísimo oratorio “El Mesías” de Haendel.
Francisco de Asís Carreño de las Asturias fue el elegido trompetista para acompañar esta selección del libreto del inmortal compositor alemán.
Bajo las bóvedas del desaparecido templo franciscano ovetense se pudieron escuchar
los textos concretos del recitativo de Corintios que dicen:
“He aquí, te digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la última trompeta”.
Y: “La trompeta sonará, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque este corruptible debe vestirse de incorrupción, y este mortal debe vestirse de inmortalidad…” .
Muy impactante, como -por ejemplo- lo puede ser hoy el escuchar este mismo pasaje en la voz del bajo-barítono canadiense Philippe Sly-Minstrell.