YA ANTONIO BRAVO NIETO, CRONISTA OFICIAL DE MELILLA HABLÓ DE ESTAS IMAGENES EN 1987
Ningún experto ha sabido decir nunca de dónde procede la imagen de la Virgen de la Victoria, patrona de Melilla, y si ésta es la misma imagen desde que se tiene constancia histórica. ¿Cuál es su origen? El único críptico dato que tenemos es que se trata de una talla del siglo XVI de la escuela levantina, o de la escuela granadina de Rojas, según Bravo Nieto. Se trata de una imagen de una pieza, con la Virgen sentada sobre su trono. No hay más referencias y los datos no son comprobables. Si embargo hay otra imagen, la conocida como del Carmen, de la que se afirma que fue donada por Felipe IV, pero sobre cuya autoría y procedencia tampoco hay información. Sin embargo, sí podría ser también del siglo XVI y pertenecer a la escuela sevillana.
Lo que si parece indudable es que la advocación de La Victoria acompaña o es creación de los frailes Mínimos, que acompañaron a los Reyes Católicos en la campaña de conquista sobre el Reino Nazarí de Granada (1482-1492). Era también una orden contemporánea a los hechos, pues su fundador Francisco de Paula vivió entre 1416 y 1506.
En el número 1 de la revista Trápana de la Asociación de Estudios Melillenses de enero de 1987, hay dos interesantes artículos, uno de Antonio Bravo Nieto y otro de José Luis Blasco, sobre los orígenes de la presencia religiosa en Melilla y la edificación del templo patronal melillense. ¿Qué imágenes y frailes trajeron consigo? No lo sabemos. Cada orden religiosa tiene su iconografía propia, como menciona Bravo Nieto, y también sus filias y sus fobias. Todo está claro en cuanto al patronazgo de la Victoria, y que esta imagen y devoción vino de la mano de la Orden Mínima, como en muchas otras localidades de la fase final de la conquista del Reino Nazarí. Esta advocación no tiene nada que ver con la homónima, surgida tras la batalla de Lepanto en 1571.
La primera imagen de la Virgen de la Victoria es la de Málaga y está indisolublemente asociada a los frailes mínimos que acompañaban al ejército de los Reyes Católicos en la conquista de Málaga en 1487. Recibieron una bula para erigir un santuario tras la conquista y hoy, tanto el mismo santuario, como el barrio, como la propia imagen titular, tienen el mismo nombre.
En la Real parroquia de Santa Ana del barrio de Triana en Sevilla, existe una talla de la Victoria que guarda un extraordinario parecido con la imagen de la virgen del Carmen de Melilla, donada por Felipe IV, según dice un antiguo díptico informativo de la iglesia de la Purísima.
La Nao Victoria de la expedición de Magallanes y Elcano fue bautizada así en honor de la Virgen de la Victoria, cuya imagen se veneraba en un templo hoy desaparecido en Sevilla, perteneciente a los frailes Mínimos, el de Nuestra Señora de la Victoria o Santa María la antigua, La imagen pertenece a la escuela sevillana y es de principios del siglo XV. En el artículo referenciado, Bravo Nieto insinúa que la imagen podría ser de «una etapa anterior» a la de su donación a Melilla. Nos atreveríamos a decir que es coetánea o incluso más antigua que la imagen de la Patrona . El parecido con la imagen venerada en Sevilla, bajo la advocación de la Victoria es sorprendente. La talla melillense es muy delicada en su factura, e incluso bella, en términos artísticos. Es también una imagen de gran tamaño, y muy hierática, alejada de la expresividad barroca. Es una tipología conocida como maiestas, como la virgen en pose de majestad, con el niño sobre su regazo y en actitud de bendición. Las manos están claramente preparadas para sostener báculos u otros signos de poder.
Según refieren todos los estudiosos del tema, los frailes capuchinos llegaron a la ciudad en 1663, cuando la Virgen de la Victoria estaba todavía en su ermita extramuros, en localización no identificada todavía. Los capuchinos estaba muy obsesionados con la Inmaculada, de la que son devotos. Tanto, que conseguirán que el principal templo melillense, tras arruinarse definitivamente la iglesia de San Miguel se dedique a la Purísima Concepción y no a la Victoria, considerada de facto como protectora de la ciudad por el pueblo, la guarnición y las autoridades. La imagen de la Victoria estuvo en su propia ermita hasta 1741, fecha en la que fue trasladada hasta el templo principal y único de la ciudad vieja.
Habrían de pasar 15 años más, 1756, para que la población y la guarnición unidas, proclamase por un decreto militar , que no eclesiástico, a la Victoria como Patrona de la ciudad. Mientras tanto, el gobernador Villalba y Angulo encerró a los frailes en la iglesia, hasta que no ratificasen el nombramiento. Los franciscanos fueron siempre muy exigentes, no solo afirmaban la pobreza de Cristo y la suya propia, sino que además querían que incluso La Iglesia fuese pobre. La exigencia de la pobreza universal fue tan firme, que estuvieron a punto de ser considerados como herejes. Cada subdivisión, capuchinos y mínimos, era más pobre que la precedente.
¿Pudo existir otra patrona para Melilla? La respuesta es sí, e incluso pudo existir otra imagen distinta para la patrona actual, la Virgen de la Victoria.