POR JUAN FRANCISCO RIVERO DOMÍNGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS BROZAS (CÁCERES)
El sexto concierto de los ciclos musicales de la Orquesta Sinfónica de Madrid (OSM) en el Auditorio Nacional de Música se vio alterado en su programa, ya que por causas ajenas a la OSM suprimió una de las dos obras de Sibelius, la Suite Karelia.
La orquesta, dirigida por el británico Ivor Bolton, también director artístico del Teatro Real, quien supo ganarse al público al final del concierto, en su primera parte interpretó la pieza que estaba prevista de Jan Sibelius “El cisne de Tuonela” y también “Concierto para trompa”, de Mozart. El trompista fue Jorge Monte de Fez, un ovetense que forma parte de la Orquesta Sinfónica de Madrid y que cautivo al respetable con su buen hacer con el instrumento de viento. Tuvo que salir a saludar varias veces y hasta fue aplaudido por el director, pues fue el alumno más sobresaliente de la Cátedra de Trompa de la Escuela de Música “Reina Sofía”, de Madrid, e invitado como trompa solista por las orquestas más importantes de Europa y siendo dirigido por los más famosos directores: Daniel Barenboim, Claudio Abbado o Zubin Mehta, entre otros.
La segunda parte del concierto estuvo dedicada toda ella a la “Segunda Sinfonía, opus 63”, de Edward Elgar, con toda la orquesta al completo. Según las notas al programa escritas por José Antonio Cantón, Elgar se inspiró para escribir esta sinfonía en un poema del poeta romántico inglés del principio del XIX Percy Bysshe Shelley. La obra está dedicada al Rey Eduardo VII, quien murió en mayo de 1910. Es un sinfonía de mucha energía, tanta, que al final del tercer movimiento el público se puso a aplaudir pensando que era el final de la misma, al tocar toda la orquesta de una manera muy vehemente para terminar de manera serena.
Al respetable le pareció una excelente obra y aplaudió al director por su buen hacer. Fue una digna tarde musical.