POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Tras la degustación del pasado viernes, en recorrido gastronómico por Pravia, Muros de Nalón, Soto del Barco, San Juan de la Arena y San Esteban de Pravia, como miembro del jurado del Concurso de Pinchos Bajo Nalón, junto con Luis Francisco García Álvarez, del Grupo DeLoya Gastronomía; Cefe, chef del Zen Balagares, Juan Antonio Lazaro Menendez, gerente del Grupo de Desarrollo Rural del Bajo Nalón, y dos profesores de la Escuela de Hostelería de Pravia, concedimos el primer premio al Gran Hotel Brillante, con su pincho “Gran Pincho Brillante”, creado por Gabriela, alumna de la Escuela de la Hostelería de Pravia.
Lo ideó, con la ayuda de su compañero Gerardo, la vimos elaborarlo, tras la barra art-decó del restaurante: una coca con tomate concassè, tapenade de oliva negra y bocarte del Cantábrico en escabeche de cítricos. Lo acompañé con un blanco Godello.
Ni qué decir que en este Hotel veraneó Rubén Darío, en los años 1905 al 1909. Bebió absenta, comió poco y escribió poemas. Acá uno de 1905, «Amo, amas», que escribió mirando al Nalón, desde la galería que muestro en una de mis fotos:
Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo:
Amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.
Y cuando la montaña de la vida
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
Amar la inmensidad que es de amor encendida
¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!