POR JOSÉ MARÍA VELAZ PASCUAL, CRONISTA OFICIAL DE GARROVILLAS DE ALCONÉTAR (CÁCERES)
Una de las doce ermitas con que contó la villa de Garrovillas de Alconétar en el pasado, la ermita de Santo Toribio, fue bendecida por el obispo de Coria-Cáceres don Francisco Cerro, a finales del mes de agosto. Aunque la documentación es escasa, sabemos que la Cofradía de Santo Toribio estaba ya fundada en 1620, siendo la ermita anterior. La cofradía existía aun en la parroquia de San Pedro en el año 1822.
Ubicada intramuros de la villa, en la denominada calle Alhóndiga (Actual Gabriel y Galán) muy cerca de la Plaza Mayor, y “frontero a la alhóndiga” (1595) (antiguo pósito de la villa), la ermita de Santo Toribio es un edificio de reducidas aunque bellas proporciones, y quizás obra del siglo XVI. El inmueble, que perteneció a la Iglesia, probablemente fuera desamortizado y pasó a manos privadas, habiéndosele dado durante años varios usos diferentes para el que fue concebido (bar, local comercial…). Hace unos años fue donado a la Iglesia y, gracias a las gestiones de don Nicolás Rivero, párroco de ambas parroquias garrovillanas, que ha puesto todo su empeño en suprimir elementos arquitectónicos y de otro tipo que se le habían añadido, y en recuperar otros originales que se habían suprimido, el edificio ha recuperado su arcano y bello aspecto.
Lo más interesante de este oratorio, de nave única y acceso por el muro norte, es su capilla mayor que cubre con sencilla bóveda de terceletes. A cada lado del altar mayor de abren sendas hornacinas a modo de arcosolios. Enfrente de la puerta, abierta en arco apuntado, se levanta parte del antiguo púlpito.
Como curiosidad, añadir, que la puerta principal de madera que sirve de acceso a la ermita es la que cerraba la portada norte o del Río del templo de San Pedro Apóstol, cuyos batientes permanecían almacenados en un inmueble desde que dicha puerta fuese tapiada a comienzos de la segunda década del siglo XX.
Sin duda, el edificio viene a enriquecer el interesante patrimonio monumental con que ya cuenta la villa, entre los que sobresalen su bella Plaza mayor, la Casa-palacio de los condes de Alba de Aliste, dos bellas iglesias góticas y dos conventos.