POR MANUEL LÓPEZ FERNANDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Había despertado gran interés el pregón de Semana Santa, que iba a ofrecer, el pintor-escultor y cofrade , de la localidad, D. Felipe Herreros Rodero; curiosamente este año había realizado el cartel de Semana Santa, con la imagen de Jesús Nazareno, acontecimiento que se da por vez primera, autor del cartel y pregonero, y que será difícil de repetir.
El escenario del Teatro Cine, trasladaba a los asistentes, a un remanso de paz, con la cruz plateada y sobre ella la representación del Santo Rostro, con cuatro artísticos velones, dándole luz y guardia, los cuatro candelabros, dos a cada lado de la cruz, plenos de resplandor, y dos jarrones de flore blancas.
El atril, cuatro sillones,ocupados por el Párroco, la Presidenta de la Unión de Cofradías, Alcalde, y presentadora del Pregonero, y el espacio para la intervención de los músicos de capilla.
Los siete músicos de la Agrupación Musical “La Moraleja”, se estrenaron como Música de Capilla, y en la primera parte ofrecieron dos composiciones , “La Madrugá” de Abel Moreno y Crucifixus de José Alberto Pina.
La Presidenta de la Unión de Cofradías, Rocío González, dio la bienvenida a todos; el párroco Juan Carlos Córdoba, agradeció la presencia de numerosos villanovenses, la aceptación del Pregonero, y el anuncio que que supone para la Semana Santa de la localidad; realizó la presentación del pregonero, Ana Belén Ibáñez, que habló sobre la humanidad de Felipe, la proximidad y entrega; su experiencia como costalera de la Virgen de la Amargura; la propuesta para que realizase la exaltación de esta imagen,,, mostrando su agradecimiento por haber despertado en ella este amor por la cofradía y su pasión por la Semana Santa.
Felipe subió al escenario y ante el atril, comenzó a dibujar sus páginas. Sobre un blanco y níveo lienzo, escribió la palabra Gracias, para la pregonera. También que había sido el destino el responsable, que ofreciese este pregón, que ya estaba anunciado en el firmamento, y además el día 25, día de la Encarnación.
En el siguiente lienzo, tomó el pincel y de la paleta seleccionó el negro: trazó con amplios trazos, el dolor de la guerra de Ucrania, mientras se mira para otro lado; la afrenta que la cruz y las imágenes están recibiendo continuamente, como una cruzada inversa, y los silencios de todos nosotros ; la necesidad de apoyo, a los menos favorecidos. En su voz como en su texto se notaba el dolor que le producían esta serie de acontecimientos en la vida diaria.
Siguió llevando el pincel al tono morado del Rescatado, de la historia, de su integración en la vida trinitaria, de su escultor Juan Cerrillo, de su recorrido por el Camino Viejo y este año por las calles céntricas de la localidad. Con el lienzo y pincel, tomado de la paletea el verde dibujó sus palabras sobre la imagen de la Borriquilla su mirada de bondad, el trono mecido por sus costaleros y Banda de Música.
Con el mismo color llamó a la Unidad, de todas las Cofradías; también a su devoción al Cristo de la Vera-Cruz, que con una nueva Junta debe trabajar duro, sin descanso para que el Patrón reciba el fervor y entrega del corazón de todos los villanovenses.
Con un suave tono de azul fue recitando diversos poemas a las imágenes y cofradías.
En su paleta, mezcló varios colores para obtener el granate sangre de los romanos, del escultor del paso Miguel Ángel Calero, del cruce de lanzas, del veterano José María Muñoz. El morado de la madrugada nazarena, la cofradía que lo designó para el cartel de esta Semana Santa, como ya hiciera en el 2010, en el IV Centenario de su fundación.
Volvió a tomar el negro, de la tristeza de la muerte, y la oscuridad llegó al escenario, ante el dolor que produce la pérdida de seres queridos, recordó a su padre. Del Santo Entierro, Cristo, en su urna de cristal, con los morados pensamientos que las monjas dominicas, colocan primorosamente, y el acompañamiento de la Virgen de los Dolores en su tristeza.
El blanco de luz del Resucitado, de alegría y gozo. Dejó en su intervención nombres queridos y estimados por él, Padre Sátur y el agradecimiento a Alco, y labor de Diego Jiménez y Juan Antonio Pérez
Había dejado el rojo de la Expiración, para el ultimo lugar y dar fe de su vida, como cofrade, como cristiano, desde siempre. Su etapa de trabajo como Hermano Mayor; el entusiasmo de la localidad . los pasos para la talla de La Amargura, su amor eterno a la Cofradía, la etapa de sus mejores obras desde la sede en la calle Santa Ana, el olor a incienso durante toda la cuaresma. Un bosquejo del pregón, lo que pudimos retener, pero una obra maestra para ser enmarcada en el corazón de todos.
Catequesis permanente la que recibimos de Felipe Herreros,
Aplausos prolongados en el tiempo y espacio, y el detalle y regalo de un Cristo Crucificado, que agradeció grandemente.
Finalizó la actuación la formación musical con las obras “Mi amargura” de Victor Ferrer y “La Estrella Sublime” de Manuel Farfán. Acierto en la selección de las piezas musicales y perfecta su interpretación por lo que recibieron los aplausos de todos los asistentes.
El párroco Juan Carlos Córdoba expresaba así el pregón de Felipe. “ Ha sabido expresar con elocuencia, elegancia y profundidad , la fe viva de un pueblo que ama a su Señor; el tesoro de una tradición religiosa que ha dado identidad a nuestra ciudad; y un mensajes de esperanza que puede transformar nuestro mundo de hoy”. Foto: Cultura y Turismo
FUENTE: M-L-F-