Hace un año, por estas fechas, estaba próximo que viera la luz mi cuarto libro `De las Heras. Crónicas de Valdepiélagos». En este tiempo una vorágine cultural ha dado un giro a mi vida. Cuando uno realiza una labor gratia et amore y hace lo que le gusta investigando y dando luz a todas aquellas gentes, hechos y costumbres que no salen en los libros de historia, pero que no merecen ser olvidados, la labor como cronista toma su verdadero sentido. Ver el brillo de los ojos de nuestros mayores cuando les haces recordar algo o bien el interés de nuestros jóvenes por conocer su pasado crea el engranaje perfecto para que conozcamos que somos porque otros fueron.

El segundo aliciente como cronista ha sido conocer a personas que merecen ser conocidas. Un capital humano tan interesante que, sin asociaciones como RAECO (Real Asociación Española de Cronistas Oficiales) o bien trabajar codo con codo en organizar eventos como el Fuero de Talamanca o el trabajo altruista de asociaciones, como la Asociación Cultural Atalayas, nunca les hubiera conocido.

Y como la vida, como me decía hace unas semanas el historiador y excelente escritor de nuestro pasado en Filipinas, Miguel Angel Lopez de la Asuncion, autor de «El sitio de Baler», son casualidades, pues he de decir que es cierto.

Investigando, gracias al trabajo de archivo y documentación de Mari Carmen González Sanz, averiguo que mi apellido principal De las Heras vino hace diez generaciones, empezando el siglo XIX, de una familia de Pedrezuela que llega a Valdepiélagos y se emparenta con mi tercer apellido Frutos decenas de años después, y con los demás vecinos.

Resumiendo los últimos meses, esto me hace escribir un libro, el Pleno del Ayuntamiento de Valdepiélagos me nombra cronista, paso a formar parte de RAECO y conozco a más cronistas, algunos en los trabajos del Fuero de Talamanca junto a historiadores, archiveras y personas que rezuman cultura y una humanidad exquisita. Entre ellos a Miguel Alcobendas, cronista de Algete, excelente persona, que me pone en contacto con un conocido suyo que vive en Pedrezuela y que puede tener conocimiento de mis antepasados y… un día nos tomamos un café.

Para mí era Carlos, que vivía en Pedrezuela, habiendo vivido hace muchos años antes que yo viviera, donde ahora vivo, en el portal junto al mío desde donde ahora escribo estas palabras, más casualidades. A partir de ahí compartimos eventos y conozco sus actividades de las que ya hablaré otro día.

Hoy me quedo con que alguien a quien considero amigo, Carlos, o mejor dicho Jesús Carlos González Sanz ha sido nombrado Cronista Oficial de Pedrezuela. Vaya, tiene los mismos apellidos que la anterior bibliotecaria de Valdepielagos MariCarmen. Otra casualidad.

Por mi parte doy las gracias a todo el Pleno del Ayuntamiento de Pedrezuela encabezado por su alcalde Rafael Turnes García, formado por varios partidos políticos de distintas ideologías que unánimemente han pensado en Carlos como la persona ideal, demostrando que la Historia nos une, y el conocimiento de la misma nos hace ser más solidarios caminando hacia un mundo mejor.

¡Enhorabuena Carlos! ¡Enhorabuena Pedrezuela!.