POR AGUSTÍN DE LAS HERAS,CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIÉLAGOS (MADRID)
El Camino del Destierro une dos pueblos con historia. Son tierras de buenas gentes. Sabed, sin ninguna duda, que la niña de los ojos azules, de la que hablaba Manuel Machado, podría haber vivido en estas villas. Desde la Torre de Alcoba, la salvajemente saqueada por Almanzor, se divisa el otero junto al cual existió un monasterio de monjas premonstratenses de Santa María, fundado por la condesa Ermesenda, viuda del conde Manrique Pérez de Lara. Y desde el Otero, vemos la Torre.
Los de la Iglesia de la Asunción, siglo XIII, son burgaleses, y los de Alcoba sorianos. Pero ha nadie le interesa el mojón. Son dos pueblos de recios castellanos y de hermosas damas castellanas donde la palabra es ley, la amistad sagrada y las fiestas un bien común.
Qué suerte tiene esa tierra de ser el nacimiento, la vida y el descanso eterno de tan buenas gentes.
Pues a lo que voy.
No andeis perdidos en caminos y torreznos, no os hagáis fuertes en las bodegas, ni que vuestras vistas queden prendadas por los andares de lechazos, no me hagáis ir con matracas y carracas, armando más ruido que ni el mismo Tello…
Vive Dios que tenéis dos citas.
Una en Alcoba, esta tarde del Viernes santo, a las 21:30, donde se celebra al anochecer, la Carrera, la representación de los principales capítulos de la Pasión. Es un acto en el que se vuelcan todos los vecinos del pueblo y en el que participan desde niños de meses hasta personas de más de 80 años.
Y mañana por la mañana, Domi Parra , a las 11:00, os enseñará donde yace la historia de Brazacorta en sus rincones.
Y como lo que queda escrito, no debe olvidarse, así decía otro don Rodrigo, pero este, Jiménez de Rada pues… A qué esperáis… Ea… Os están esperando.