POR ALFONSO ROVIRA, CRONISTA OFICIAL DE ALZIRA (VALENCIA)
Cada sábado de Gloria, convocados desde hace muchos años por Pascual Yago, antiguo alumno del Instituto Rey Don Jaime de Alzira, se reunieron este 8 de abril de 2023 en una comida de hermandad algunos alumnos de este instituto, que dentro de un par de años, en el 2025, cumplirá los 75 años de su fundación.
En esta ocasión se reunieron 22 exalumno de este instituto, que disfrutaron a lo largo del ágape, compartiendo recuerdos de los años de enseñanza, cuando las clases en las aulas se impartían en el antiguo edificio de las Escuelas Pías, en el centro de ciudad.
La citada reunión fue en el circuito amurallado de la antigua Villa, donde compartíamos mesa, mantel y cubiertos, con Aureliano Lairón, antiguo alumno y compañero cronista de Alzira, quien deleitó a los reunidos, principalmente del entorno donde nos hallábamos, las murallas que los musulmanes convirtieron en una isla a Alzira.
A estas reuniones se invitaba a José Luís Espinosa Ivoirra, director que fue de este centro de enseñanza. Cuando Espinosa llegó a Alzira para incorporarse al Instituto en sus primitivas instalaciones, donde en aquella comunidad ejercían los profesores Consuelo Aranda, Emilio Tortosa, Andrés Álvarez, Joaquín Comins… como aquellos locales eran insuficientes, el Ministerio de Educación construyó un edificio en lo que había sido el inicio de la carretera a Gandía, el campo de experiencias agrícolas, que inauguró el ministro del ramo Lora Tamayo.
En aquellos momentos, Espinosa fue nombrado director de este Instituto que tenía grandes carencias de aquella época, surgidas por el cambio nacido en la ley de 1970. Había de ser el primer año, al ser la transformación de una ubicación a otra y de un bachillerato a otro, que con mucho esfuerzo se logró formar un instituto que fue modelo.
En él se incorporaron nuevos profesores, jóvenes, que dieron auge y promoción de aquel resurgir. Espinosa no se olvida de profesores como Isabel López, Narciso Díaz Friginal, o Consuelo Aranda, quienes de una manera especial trabajaron a su lado para transformar aquel instituto para poder hacerlo más digno a sus alumnos. A José Almiñana y Antonio Gálvez, este último hizo un esfuerzo como capataz agrícola del campo de practicas, permitió que japoneses, rusos y de otras nacionalidades, vinieran a ver aquel campo de experiencias, que era el orgullo de Alzira.
Aquel auge hizo necesario volver a aumentar el instituto, porque las alumnas estaban en el antiguo caserón de las Escuelas Pías, hoy transformado en Casa de la Cultura.
Después de innumerables gestiones, se logra la ampliación y, gracias a su actividad, el Ministerio de Educación nombra a Espinosa Coordinador provincial de Formación Profesional”, cargo al que se dedicó por entero a una tarea que era la de transformar la Formación Profesional y, con ello contó con algunas personas.
FUENTE: A.R.