Sr. Alcalde , Corporación Municipal, vecinas y vecinos de Pedrezuela, compañeros cronistas, amigos…

Mi nombre es Agustín de las Heras Martinez y soy el Cronista oficial de Valdepiélagos.

Yo no tengo mucha antigüedad como amigo de Carlos. De hecho hace un año no le conocía. El término de Cronista tambien me era ajeno porque me nombraron en noviembre, pero ya había presentado un libro tilulado «De Las Heras. Crónicas de Valdepiélagos,» sin saber el futuro que vendría. Miguel Alcobendas, Cronista Oficial de Algete y yo pertenecemos a la comisión de trabajo del VIII centenario del Fuero de Talamanca que se celebra este año, y me dijo, tienes que conocer a un tal Carlos de Pedrezuela. Pero ¿por qué me lo dijo?

En esas investigaciones que realicé para escribir ese libro busqué en libros de matrimonios, defunciónes y bautismos de la iglesia de la Asunción de Nuestra señora , ademas del Ayuntamiento de Valdepiélagos. Los libros de la iglesia estuvieron ocultos tras una pared hasta que unas obras los descubrió. Luego, la labor de unas vecinas que sacaron fotografias una a una de todas las páginas dejaron constancia de ellos antes que el obispado de Alcalá se los llevara. Pero esa labor de esas vecinas permitió que Valdepiélagos siguiera teniendo pasado. Una de ellas MariCarmen, la antigua bibliotecaria, casualmente, lleva tus dos apellidos. Por eso es tan importante que seamos conscientes que nuestro pasado es muy fácilmente olvidable. Debemos estar todos juntos, ayuntamientos, historiadores, archiveros, cronistas, sin olvidarnos de nuestros mayores, que son libros que están deseando abrirse para ser escuchados. Y no lo hacemos. Y se nos van. Y el vacío que dejan ya nunca podrá ser llenado.

Somos quien somos gracias a madres, padres, abuelas, abuelos, bisabuelas, bisabuelos, tatarabuelas, tatarabuelos, trastarabuelas, trastarabuelos… Principalmente a ellas.

Fueron necesarias sus vidas para que todas las personas que estamos aquí existamos. Si una de ellas no hubiera existido en nuestro pasado, no existiríamos nosotros. Fueron vidas anónimas que nacieron, murieron, amaron, pasaron hambre, guerras, vicisitudes, sacrificios, trabajaron, protegieron a sus hijos, sufrieron enfermedades, vieron nacer y morir a los suyos y a lo sumo, al cabo de cuatro

generaciones fueron olvidados.

Pero volvamos a cómo llegué a conocer a Carlos.

Mi padre, mis tias, pensaban que los De las Heras veniamos de Mesones, el siguiente pueblo a Valdepiélagos ya en Guadalajara, pero al ir creando el organigrama de mis ancestros descubrí que uno de mis trastarabuelos, Tomás de las Heras Navío, y su padre mi pentabuelo, Juan de las Heras Yuste, no habían nacido en Valdepiélagos. Eran de aqui, de Pedrezuela. Por eso me presentaron a Carlos. Luego, llevo año y medio sabiendo que por mis venas corre la genética de esta tierra, de este pueblo, y aunque soy valdepielagueño, porque llevo la sangre de los Frutos y otros apellidos también soy un poco lebrel. Por ello este acto siginifica mucho para mí acompañando a un buen amigo que desarrollará una labor que ha sido reconocida con este nombramiento.

Carlos, eres ya el Cronista Oficial de Pedrezuela, y darás luz al pasado de este pueblo , de sus familias, explorando todos los archivos a tu alcance. Y harás público una labor, gratia et amore, gratis y con mucho cariño, para que todos los que aman este pueblo tengan pasado, memoria y no olvido, con el objetivo de crear un mundo más cordial, amable y solidario.

Hoy no ha podido venir Juan Antonio Alonso Resalt, el presidente de RAECO, Real Asociación española de cronistas oficiales que también nos ha pedido que te acompañemos.