POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO)
Una crónica:
Hacia las nueve de la mañana las tropas mexicanas desde sus posiciones en Puebla, alcanzaron a vislumbrar el brillo de las bayonetas enemigas, el general Miguel Negrete estaba destacado en los fuertes de Loreto y Guadalupe, Juan N. Méndez estaba ocupando la línea de tiradores que se forma entre estos dos fuertes, Antonio Álvarez ocupaba con su caballería el flanco izquierdo mexicano, mientras que Lamadrid, Díaz y Berriozábal ocupaban posiciones por el camino a Amozoc, esperando la envestida del ejecito que según los planes de Zaragoza por ahí llegaría, pero al ver saber el general en jefe que los franceses en vez de seguir directo sobre el camino para atacar por el sur, viraron hacia su derecha y decidió el general Lorencez atacar por el este, la parte más fortificada de la ciudad en un acto de pura vanidad, Zaragoza para reforzar la línea y los fuertes mueve la parte de las fuerzas de Berriozábal y toda la brigada de Lamadrid a ocupar posiciones apoyando al general Méndez, los franceses atacaron con su artillería los fuertes, pero debido a lo alto del terreno y a las ventajas estratégicas de la zona en que estaban edificados, ningún disparo dio en el blanco, Lorencez decide atacar con columnas de zuavos con escaleras para que tomen los fuertes, pero estos tenían que ascender por las laderas del cerro que los exponía la fuego de la artillería del general Negrete que lograba golpearlo de lleno, posteriormente se enfrentaron a las tropas serranas de Menéndez y las de Berriozábal que los detuvieron, cuando estaban dando la espalda para retirarse, Lorencez ordeno una nueva carga de a pie con reserva, los mexicanos abrúmanos por el impulso de tropas descansadas.
Aunque pareciera que en el tercer ataque la defensa mexicana se quebraba no era así, los soldados que ocupaban la línea entre los fuertes salieron y atacaron a los franceses por su flanco derecho, de esta manera el enemigo estaba siendo atacado por dos flancos y estaba siendo abatido, de la misma amanera por el sur una tercera columna francesa intento forzar el paso a la ciudad, pero las fuerzas ala modo del general Porfirio Díaz repelió el ataque desde la posición de la ladrillera, en ese momento se desató una terrible tormenta que convirtió el terreno en zonas lodosas que dificultaron aún más trepar por el cerro para atacar Loreto, los franceses al verse rechazados de todos sus ataque, atacados por todos sus flancos e impedidos por la lluvia de ascender con facilidad se repliegan, los mexicanos para terminar con ellos ordenaban la salida de la caballería del general Antonio Álvarez que estaba oculta en el flanco de Guadalupe y persigue a los franceses que huían del cerro, a completando el ataque Porfirio Díaz carga también por el sur destrozando la posibilidad de que los franceses atacaran de nuevo.
Tras de la figura de un hombre como Zaragoza, impasible se encentra el esfuerzo de muchos hombres valerosos y llenos de fulgor patriota que sacrificando familia, hogar y hasta la vida refrendaron su compromiso con todos aquellos mexicanos que confiaron la integridad de la patria, en la batalla del cinco de mayo de 1862 una gama de oficiales, tropas, jefes y generales desfilaron llenando de honor nuestro suelo patrio, los miles de hombres anónimos que participaron y murieron en esa gesta heroica solo reciben de nosotros el laurel de la gloria, pero también estuvieron los generales que valientes al frente de sus hombres combatieron con brío al invasor francés, junto a Ignacio Zaragoza se encontraron luchando los generales, Ignacio Mejía, Miguel Negrete, Antonio Álvarez, Francisco Lamadrid, Felipe Berriozábal, Porfirio Díaz y Juan Nepomuceno Méndez.