POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Se han presentado las XIII Jornadas Gastronómicas del “Tostón de Arévalo”. Un acontecimiento para recordar y promocionar nuestra gastronomía, que este Diario ha reseñado convenientemente.
Pero yo quiero insistir sobre ello porque se ha producido un reconocimiento y homenaje a la figura de Javier Pérez de Andrés, el buen amigo periodista que tanto conoce de este mundo del turismo, de la gastronomía, y que en tantas ocasiones ha visitado nuestra ciudad, y muchas de ellas para realizar alguno de sus programas de televisión, como recientemente lo hizo con “El Arcón”, o de la radio, sus medios en los que se desenvuelve magníficamente. Un gran profesional, un buen periodista que tanto ha ensalzado y cantado nuestro plato estrella y lo ha catado y divulgado ampliamente dando a conocer sus delicias.
¡Cuánto me hubiera gustado estar ahí! junto a mis amigos los asadores de Arévalo, mi querida ciudad, junto a quienes han arropado el desarrollo de estos valores culinarios y los apoyan sin fisuras, junto a las autoridades que sin remilgos apoyan esta actividad tan importante para nuestro turismo gastronómico y cultural, el fundamento del desarrollo de la hostelería como sector de importante desarrollo también.
Y cuanto he sentido no estar junto a él, y junto a las otras personas en este evento que es tan importante para nuestra ciudad y su gastronomía, pero las fechas son implacables… Pero varios amigos me han informado, casi a tiempo real, del desarrollo de este emocionante acto.
He recordado muchas cosas saboreando las noticias que me llagaban de este acto, que no es un acto protocolario mas para presentar estas XIII Jornadas Gastronómicas Tostón de Arévalo (Cochinillo Asado) de 2023, sino que es además el motivo por el cual se reconoce a figuras imprescindibles en esta cosa tan nuestra.
Parece que fue ayer cuando se homenajeó y se rindió un reconocimiento a otra figura, el primer asador indiscutible de nuestro Tostón, Jose María Martin, “El Mellizo”, ya que por sus manos pasaron centenares o miles de tostoncillos hacia su horno panadero, entonces lugar de cita para mesoneros y restaurantes. Hoy todos tienen horno propio.
Aquellas jornadas las presenté yo como Cronista Oficial de la Ciudad, y como autor de un escrito informe sobre nuestro Tostón Asado, que fue una visión retrospectiva de los orígenes y de las andanzas de aquellos cochinillos criados en las pocilgas de nuestra comarca, que acababan en las cazuelas de barro de Tiñosillos para entrar al horno. Alguien entonces me dijo que aquellos cochinillos llegaban al sofocón del horno y salían “tostones” dorados, crujientes y sonrientes…
En estos momentos de escribir la columna, estoy recordando con añoranza en la distancia, cuando hace ya algunos años me encargaron la redacción de aquel informe histórico sobre e “Tostón de Arévalo”, cuando se estaba trabajando en lo de la marca de calidad. Fue como profundizar en nuestras propias raíces, en el tiempo histórico en que nuestra gastronomía que venía de aquellos mesones que en las antiguas Ferias y en los mercados cuidaban los paladares de feriantes y trajinantes, y con el tesón y el buen hacer de tantos comprometidos arevalenses, se consiguió poner esta estrella en el firmamento de las ciudades con turismo gastronómico.
Entonces descubrí un mundo nuevo, el entorno, los quehaceres, los fogones y las mesas de mesones y restaurantes, que durante varias generaciones lucharon por mantener esa tradición hostelera y de los asados que han puesto a nuestra ciudad en primera línea de estos asuntos, por derecho propio y con toda justicia, primando a calidad y el buen hacer en este mundo, que hoy es un importantísimo puntal de nuestra gastronomía, de nuestra economía, y es un estandarte de fama internacional en el mundo de la gastronomía.
Y así, recordando al “Mellizo” amigo y compañero de tantas andanzas, que retraté su labor de “Maestro Asador”, poco antes de aquel momento traidor que nos le llevó tan pronto. Y junto al nuevo amigo −aunque hoy en la distancia−, Javier Pérez de Andrés, el maestro divulgador de tantas cosas nuestras, entre las que destacan el turismo y la gastronomía, pero también de nuestro patrimonio histórico artístico, cosas de las que da testimonio verídico y apasionado cada día.
Mi adhesión a estas emblemáticas jornadas que tienen mucha vida propia y seguirán siendo el estandarte del “Tostón de Arévalo”.
¡Y buen provecho…!!!
FUENTE: EL CRONISTA