Hace justo un año no sabía que este libro también se presentaría en Soria, junto a mis amigos, y que conocería a las entrañables personas que he conocido gracias a formar parte de la comisión de la celebración del VIII centenario del Fuero de Talamanca.

Y que sería nombrado Cronista oficial de Valdepiélagos, y que escribiría más de 60 crónicas, de momento, dando luz a su pasado. Y que llevaría el nombre de Valdepiélagos a muchos sitios, a las once villas, a la revista de la Federación Española de Municipios y Provincias, y a la radio.

Y que RAECO, la Real Asociación Española de Cronistas Españoles me haría uno de los suyos. Y que ACROMA, Asociación de cronistas madrileños, haría lo mismo. Y que estaría en la presentación de un libro del cronista de Monteagudo de las Vicarias, y que acompañaría al nombramiento del cronista de San Agustín y el de Pedrezuela. Y que haría feliz a mucha gente según ellos. Y que sería feliz yo buscando nuestro pasado para su no olvido…

Tampoco sabía que perdería a Alicia y a Anatolio, y a tanta gente, de repente… Y eso me hace aprender, nos debería hacer aprender, que un año es mucho tiempo. Y que somos tan ilusorios que nos creemos inmortales y que la vida nos deja soñarla pero no ser su dueño, como la cierva blanca de Borges. No os engañéis con sueños fugitivos y vivid la vida, vivid a los vuestros… como si no hubiera mañana.