POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
La cuarta y última rogativa para pedir por una buena cosecha se celebraba el miércoles antes del jueves de la Ascensión, y en FUENTEPIÑEL se dirigía a la cruz de la Hoyadilla, que tiene en su peana una inscripción prácticamente ilegible por la erosión de la piedra, pero en la que sí que se puede leer casi completa la fecha de 166?.
Situada a poco menos de un kilómetro del pueblo en la carretera que va hacia Torrecilla del Pinar, atrajo en su día la atención de Javier Sáinz cuando batió Castilla y León haciendo una selección de sus cruceros, y la describe en estos términos: «Alejada del pueblo, solitaria sobre uno de los ribazos que dan hacia la carretera, la cruz se eleva con acusada gallardía bendiciendo a sembrados y sembradores. Los escalones se esconden tras las hierbas, apareciendo al aire su basa prismática encima de la cual se eleva un abombado pilar cuadrado, el cual se transforma en octogonal a lo largo de toda su altura. En la cima la cruz domina por la rotundidad de su poderosa silueta. Ningún detalle decorativo superfluo se consiente aquí, pues una intención expresiva mayor es prácticamente imposible de alcanzar».
Desde ella se contempla una de las mejores vistas panorámicas del pueblo, y a ella me acerco en esta fresca y ventosa mañana que parece más de otoño que de primavera.