POR OSCAR GONZÁLEZ AZUELA, CRONISTA OFICIAL DE LAGOS DE MORENO (MÉXICO).
De José Clemente Orozco para Los Ministros de la Corte.
Muy señores míos; entre los años 1940 y 41 fui comisionado para pintar sendos murales en la estancia que da paso a la entrada del Salón de Plenos de ese alto tribunal, mismos que causaron escándalo habiendo quienes se pronunciaron por borrarlos, lo que afortunadamente no ocurrió. Pintaba yo falsos abogados que faltando a la ética profesional robaban expedientes, usaban antifaces, portaban falsos gorros frigios que simbolizaban los principios de la Revolución Francesa y una justicia era suplantada por otra que le usurpaba, aprovechando el estado de somnolencia al que estaba sometida.
Pues como anillo al dedo señores míos, de manera cuasi exacta creo haber anticipado los tiempos que hoy se viven en México motivo de mi comunicado, dado que los fallos que pronto deberán dar, tienen qué ver con aquellos falsos líderes populares que tratan de robar y esconder expedientes con el fin de desaparecer la huella de sus malversaciones y delitos. Estos personajes esconden su identidad con sendos antifaces tratando de hacerse irreconocibles; el gorro frigio con el que trataban de mostrarse como agentes impulsores y simpatizantes de la Revolución Francesa obviamente no va con el antifaz por lo que su falso talante queda al desnudo.
La justicia durmió a conveniencia del pasado presidente del tribunal durante un período que se trató de prolongar de manera ilegal, lo que afortunadamente no se consiguió; luego se trató de imponer a otra dócil al mandato del ejecutivo que portaba el antifaz de la decencia, mismo que cayó al ser descubierta en plagios intelectuales que se trataron de disculpar como ligerezas de juventud pero delitos al fin de cuentas. Noten ustedes que hay un personaje que le mueve la mano a la que porta la balanza de la justicia, ¿a quién representará ese personaje?
El valor para dar cumplimiento a la Constitución -el principal de sus encargos-, no admite medias tintas. Cruzarán ustedes por enfrente de mis murales durante los próximos aciagos días; les pido descubrir y analizar a esos farsantes y cumplir luego con el deber que les dicte su propia conciencia.
México espera que, después de las tinieblas en que vive al día de hoy, asome nuevamente Tonatiuh quien, nutrido de manera involuntaria por la sangre de tantas víctimas del descuido, la irresponsabilidad y la ignominia, deje en el pasado esta oscuridad que quedará sólo como un mal recuerdo; en mucho dependerá que ustedes confronten esa tiranía con valentía así como con el brillo de su inteligencia para que se dé paso a la la justicia, sepan que México está con la Corte, por lo que hoy espera de ustedes. Orozco