HISTORIA DE LAS BARCAS SOBRE EL RÍO SEGURA, ENTRE ULEA Y VILLANUEVA
Oct 08 2014

POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

barca

Barquero.
Barquero.

Los vecinos del Valle de Ricote tenían dificultades para cruzar el río. Los habitantes de los pueblos ribereños se las ingeniaron para poder salvar esta frontera fluvial que les separaba. En 1609 existía un puente colgante entre Ulea y Villanueva que le llamaban “La Cuna”, construido a base de madera y esparto. En el año 1794 se le describe como “artefacto”, a dicha “cuna”. Merino la describe en 1891 y Madoz, más explícito, llega a la conclusión de que se trata de un puente de maromas de esparto, gracias a las cuales se cruza el río; con grandes dificultades y enormes riesgos.

Además de la “la cuna” había una barca que daba servicio desde 1635 pues hay constancia que en marzo de ese mismo año Juan de Molina, apodado “el Carambrero”, carpintero blanqueño, presupuestó una barca, de más calidad que la que había construido en Blanca.

Llegados a un acuerdo, dicha barca se botó en el mes de abril de 1635, o sea, un mes después de hacer el trato. La construyó por un importe de 524 reales y la garantizó durante un año. Ya no tenemos noticias de nuevas barcas hasta julio de 1714, cuando se reunieron Ayuntamiento y vecindario alegando que no se podía cruzar con “los animales de tiro” para transporte y labranza, ya que no se disponían de medios para construir un barco adecuado para dicho transporte. Tampoco disponían de medios económicos para su construcción.

Ante esta situación, el pueblo de Ulea solicitó ayuda para financiar dicho proyecto y la encontró en D. Francisco Molina Serrano y Roque Luna Salmerón, vecinos de Villanueva. El carpintero blanqueño, D. Miguel Piqueras ofreció su trabajo. Para finales de 1714 dicha barca comenzó a dar servicio. Ya avanzado el siglo XVIII, concretamente en el año 1770, Diego de Ayala pagó al Concejo 1.500 reales; precio que se había tasado para la explotación del servicio del barco, que en esos momentos era propiedad de la Villa.

A finales del siglo XVIII, las riadas de 1798 y 1799, destrozaron el barco por lo que a comienzos del siglo XIX, concretamente en 1818, el Ayuntamiento pidió un préstamo de 5.000 reales con el fin de construir una barca, más fuerte y segura, que sirviera para el paso de los agricultores y sus reatas de animales. En 1841 los vecinos se quedan nuevamente, sin medio de transporte para el cruce del río. Así en enero de 1818 se contrató la construcción de un nuevo barco al archenero D. Isidro Béliz.

Los vecinos prometieron aportar los muelles y materiales, mientras el constructor entregará su trabajo en menos de tres meses. A los dos meses ya estaba cruzando las aguas del río Segura. El constructor recibió 1000 reales por San Juan, además de cobrar el paso de los clientes que usaran el servicio, excepto los que aportaron las cantidades en forma de donativos. Una gran riada puso fin a dicha barca.

El día 31 de octubre de 1869, el presbítero D. Jesualdo María Miñano, tras regresar de Filipinas, regaló una barca con el fin de comunicar Ulea con Villanueva. La bautizó con el nombre de Esperanza-Concordia. Previamente se construyó un pequeño muelle a ambos lados del río. Existe documentación que acredita que en el año 1868 el carpintero D. José López López arregló una barca que apenas resistió durante un año.

Al cabo de siete años aún no había cobrado su trabajo. El mes de octubre de 1878, una nueva riada que trajo roturas en la barca y hubo que hacer una fuerte inversión para repararla. Ulea pidió colaboración a Villanueva para sufragar los gastos con el 50 % de su importe, surgiendo un pequeño conflicto entre ambos pueblos ribereños, teniendo que intervenir el gobernador civil, adjudicando a cada ayuntamiento los gastos de sus muelles. Así, en el año 1879, el carpintero Rafael Sánchez arreglaba nuevamente los desperfectos de la barca. El día 15 de octubre, día de Santa Teresa, una nueva riada sembró el terror destruyendo la barca en su totalidad. La reparación hizo necesaria la institución de una subasta pública anual para su explotación y conservación. El pasaje anual alcanzó las 75 pesetas.

El mes de agosto de 1888 los alcaldes de Ulea D. Felipe Carrillo y de Villanueva D. Juan Massa Massa convinieron la necesidad de construir un puente, encontrando enormes trabas burocráticas, por lo que la barca siguió siendo el único medio de transporte para cruzar el río Segura. Las subastas siguieron durante décadas, evolucionando a la baja, hasta llegar a las 50 pesetas anuales a principios del siglo XX; concretamente en 1902. Hasta el año 1925 siguió funcionando la barca siendo una vecina de Ulea la que ejercerá de barquera, cobrando el paso a cinco céntimos los niños y diez céntimos los adultos.

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