POR SANTOS BENÍTEZ FLORIANO, CRONISTA OFICIAL DE CÁCERES
En los últimos días de su vida se aprecia que aquella gran mujer de Estado, tan enérgica, tan recia en sus justicias, tan metida en el mundo real y en las grandes empresas políticas, se iría transformando en una asceta para quien la pobreza personal y el amparo a los pobres adquirirían un sentido especial, como lo quería aquel santo que ya la Reina había tenido como su seráfico protector, el santo italiano, que había sido romero (santiaguero) en España, San Francisco de Asís. Porque es de la mano de San Francisco como vemos a la Reina transformarse para buscar la muerte que ella quiere.
Y en Medina del Campo fue a pasar los últimos días de vida Isabel. Se alojó en una casa palaciega cercana a la plaza mayor; prefiriendo vivir en el núcleo urbano y no en su poderoso castillo. Los últimos días de su vida los dedicó a la meditación y a la lectura de los libros piadosos.
Tres días antes de su muerte se despojó de todo su poder político, dejando el gobierno de Castilla en manos del rey, su marido.
Y con el consuelo de ver a su lado al Rey falleció en Medina del Campo el 26 de Noviembre de 1504, de sobrenombre La Católica, título que recibió del Papa Alejandro VI en 1496.
Una muerte que conmovió a España y a toda Europa. El cronista flamenco de la época Antoine de Lalaing dijo: “Su muerte ha causado tal pérdida a la Cristiandad que todos los cristianos deberían vestirse de luto para mostrar duelo”.
El Padre Mariana un siglo después señaló: “Isabel fue la más excelente y valerosa Princesa que el mundo tuvo…”.
Por último, sería bueno recordar el impresionante cortejo fúnebre que, de acuerdo con el deseo de la Reina, cruzó media España para llevar su cuerpo desde Medina del Campo a Granada, con doce capellanes y doce cantores, amén de personal de todos los servicios. La llegada a Granada fue el 18 de Diciembre tras 22 días de viaje.
La Reina fue enterrada en un principio en el convento de San Francisco, hasta que pocos años después Carlos V dispusiera su traslado, junto con el del rey Fernando, a la Capilla Real de Granada el 10 de Noviembre de 1521. De este modo permanecen juntos para toda la eternidad.
Uno de los aspectos más singulares que la mayoría de Ustedes conocen es que en el año 1.958 en la Archidiócesis de Valladolid, se inició la Causa de Beatificación de la reina Isabel I de Castilla, la Católica, ya que estas causas deben iniciarse en la diócesis donde se produce el fallecimiento.
La Causa está suficientemente avalada por su vida de fe, su compromiso con Dios y con el prójimo, su austeridad, su afán evangelizador y su lucha por los derechos humanos. Ésta concluyó su fase diocesana en 1990 y fue trasladada a Roma para su estudio por la Congregación para la Causa de los Santos.
Doce años después, el 17 de noviembre de 2002, tras una conferencia sobre Isabel la Católica en Roma, el Vicario General del Arzobispado de Valladolid, D. Vicente Vara Sanz, el entonces Postulador de la Causa, el Padre Rafael Serra Bover, Claretiano, y el Doctor Vidal González Sánchez, visitan la Congregación de las Causas de los Santos, su Cardenal Prefecto, Monseñor José Saraiva Martins, le repite en varias ocasiones que la Causa de la Reina “non é fermata, cammina” (no está parada, camina).
Veintiún años después, el 16 de Enero de 2023, se ha celebrado en Valladolid la primera reunión anual de la Comisión Diocesana de Beatificación de la Reina Isabel la Católica, presidida por Monseñor Luis Argüello, en su calidad de Arzobispo.
Monseñor Argüello ha apostado a fondo por relanzar el proceso de beatificación para seguir difundiendo la devoción a la Reina Católica.
Por lo tanto, una vez que está concluida lo que se pudiera denominar la Positio Histórica, de varios volúmenes, está en el Dicasterio para las Causas de los Santos y sigue adelante el trámite ordinario a la espera de que le toque el turno para el preceptivo informe de la Comisión de Teólogos; paso previo a que el Papa pueda declarar las virtudes heroicas de la Sierva de Dios, con la consiguiente denominación de Venerable, primer paso para la Beatificación.
El Papa Francisco ha preguntado en varias ocasiones por el estado de la Causa de Beatificación de Isabel la Católica y en conversaciones privadas ha alentado siempre a los responsables de la Causa a que se extienda la devoción a Isabel la Católica, también en las Iglesias Iberoamericanas.
Uno de los elementos claves de todo proceso es el milagro. En esta Causa ya obra en poder de la sede romana un milagro atribuido a Isabel la Católica. Milagro al que en este momento se añade otro posible, un favor considerado como tal a una persona que vive en Estados Unidos y que se está estudiando y certificando en este momento.
La fecha de la Beatificación de Isabel la Católica está en manos de Dios, del trabajo de la Comisión de la Causa y, sobre todo, de todos los fieles devotos de una Reina que hizo posible la llegada de la fe al Nuevo Continente y que trabajó incansablemente por la dignidad de los pueblos indígenas.
Sigamos manteniendo la esperanza de una pronta beatificación.
FUENTE: EL CRONISTA