POR VALENTÍN CASCO FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDETORRES (BADAJOZ).
Escudo de armas, de la Carta Ejecutoria de hidalguía, despachada por la Real Chancillería de Granada en 1612, a mis antepasados los Ferrer de Plegamans, vecinos de Requena (Valencia) y descendientes de los Señores del Castillo de Rourell en Tarragona. La Ejecutoria original, la conserva una rama de la familia.
Desciendo de esta casa, por varias líneas de los Ferrer, entre otras, por la de mi IX abuela doña Marta de Ibarra y Ferrer Pedrón la Cárcel, hija del Ldo. Don Joseph de Ibarra Pedrón la Cárcel Zapata, Regidor perpetuo de Requena y doña Ángela Ferrer.
Poseedores del mayorazgo del regidor perpetuo de Requena, Joan Pedrón de la Cárcel, dueño que fue de la Casa de la cadena requenense, edificio histórico, que se encuentra situado en la plaza del Salvador de Requena.
PRIMERAS NOTICIAS
En un documento del cartulario del monasterio de Sant Cugat del Vallés, del día 22 de junio del año 965, encontramos mencionado por primera vez el nombre de Plegamans. Se trata de una donación de tierras al monasterio hecha por Deuda, Adulfo, Orihuela y Martí, sucesores de Cilicio. Durante los años siguientes se encuentran más citas del nombre de Plegamans al mismo cartulario, lo cual hace pensar que había vida activa en estos lugares desde hacía tiempo. Es curioso citar el nombre de algunos del lugar que aparecen en los documentos: Gerivert, bonuses, Gombau, Uldrig, Riquilda, Gelmà, Saborido, Adèvora, Marciano, Ermencisde, Selícia, Sendret, Dalam, Adulfo, Erovigi, Ansalon y otros.
La noticia más aclaratoria sobre Plegamans y sus límites la encontramos en un documento del año 990.
Ennec, llamado también Bonfill, hijo de Sendret, dio al monasterio de Sant Cugat unos alodios a un lugar que llaman Plegamans. Estos alodios los había comprado al conde Borrell y a su mujer Leudegards.
En el documento se lee que se dan los alodios con sus casas, cortes, tierras, viñas, huertos, frutales, torrentes, fuentes, prados, caminos, bosques y matorrales. Aunque esta es la redacción protocolaria usual de estos documentos, todo ello da a entender que no era un lugar yermo, sino todo lo contrario.
En este documento se define también los límites de Plegamans: al Norte con Coscollola (probable villa próxima a Can Falguera), hasta el camino público que va a Caldes, a Oriente con Palaudaries por medio de la sierra que pasa por encima de la villa Rodal (hoy Vilarrosal); a mediodía con Gallecs, y en Occidente con el camino público que discurre por el plano hacia Caldes y proviene de la Ruvira (Boada). Este es, pues, el primer Plegamans: Un montón de casas rurales por la sierra y los valles adyacentes, seguramente una primitiva iglesia de la que desgraciadamente no tenemos noticias y una torre, germen de un castillo incipiente.
Las tierras eran originariamente del conde, y su propiedad dominical sería más tarde, en tiempos del rey Jaime I de Aragón, del monasterio de Sant Cugat.
La jurisdicción o señorío jurisdiccional sería entregada a sucesivos señores o castellanos. Estos dispondrían de unas tierras directamente de su propiedad alrededor del castillo.
En el censo de «1497» se citan XII fuegos de Plegamans: (seguramente referidos sólo a los de «esgleya» o dependientes del monasterio de Sant Cugat del Vallés):
SEÑORES DE PLEGAMANS
Los señores ejercían la autoridad, encomendada por el rey (o conde rey), sobre la jurisdicción del castillo y sus habitantes.
El primer señor del que tenemos constancia con seguridad, por jurisdicción del conde, es Guadall Gilabert de Plegamans (el año 1122). Hay que decir, sin embargo, que anteriormente había habido otros miembros llamados de la familia Plegamans, por ejemplo, Guillem de Plegamans, que participó en la primera conquista de Mallorca (año 1114). Más tarde se suceden otros Plegamans, que el año 1147 acompañó Ramón Berenguer IV en la expedición contra Almería. Encontramos también un Guillem de Plegamans como alcalde de Tarrasa (año 1191). Pero no hay duda de que el personaje más destacado de la familia fue Ramón de Plegamans, lugarteniente del rey, que participó activamente en la conquista de Mallorca junto a Jaime I.
Entrado el siglo XIV, concretamente en el año 1371, consta que un tal Pere de Citrà compra la jurisdicción de Plegamans, Gallecs y Palau-Solità. Al cabo de unos años, en 1427, el rey Alfonso el Magnánimo incorpora a la Corona esta jurisdicción. A partir de estos acontecimientos ya no volvemos a encontrar los Plegamans como poseedores del castillo.
En el año 1441 hay un cambio significativo. Se produce la concesión de la jurisdicción de la Cuadra de Plegamans a Antoni de Vilatorta, un importante mercader, que fue consejero de Barcelona. Su retrato figura en el retablo de la Virgen de los Consejeros de Lluís Dalmau. El rey Alfonso V autorizó a su señor de Plegamans a rehacer el castillo y elevó su categoría convirtiéndolo en «Castell Termens».
Años más tarde, en 1472, siendo rey Juan II, Antonio de Vilatorta, acusado de rebelión, fue desposeído de la jurisdicción, que pasó a poder de Francisco Burguès. Pero unos meses después, Antonio de Vilatorta la volvió a recuperar al acogerse a un indulto.
En aquellos tiempos los señores feudales en general, a medida que iba avanzando la Edad Media, iban tomándose más atribuciones e imponiendo más obligaciones a sus súbditos. Asimismo, además de las competencias jurisdicconals, fueron atribuyéndose otras funciones patrimoniales, llegando a veces a situaciones muy complicadas.
Fue durante el reinado de Alfonso V cuando se hicieron fuertes las reivindicaciones de los campesinos remensas, para liberarse de las cargas feudales. Al triunfar su revuelta y conseguir muchas de sus demandas, se produjo la consolidación de una red de campesinos libres que revitalizó la economía del país.
En el caso de Plegamans, no parece que se pueda hablar de un feudalismo muy duro. El hecho de depender del monasterio de Sant Cugat seguramente contribuyó a ello. Además, a partir del siglo XV, se fueron donando por parte del monasterio de todos los establecimientos de las masías a favor de sus cultivadores, lo que conllevaba a la práctica su propiedad a cambio de unos pagos anuales, generalmente en especies.
Volviendo a los señores, observamos como a finales del siglo XVI el castillo y el término pasan a la familia Clariana, después a la Gualbes y, a través de una serie de sucesivos casamientos, al Marqués de Sentmenat, que tiene registrada la Quadra a partir del siglo XVIII. Los años treinta del siglo XX los Sentmenat se desprenden de sus posesiones en Plegamans.
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