Se han cumplido 210 años del natalicio de Antonio García Gutiérrez (Chiclana, 6 de julio de 1813) y como cada año rendimos homenaje al que fue el primer dramaturgo del teatro romántico español. Repetimos de manera incansable que su obra “El trovador” revolucionó el movimiento romántico español, el 1 de marzo de 1836. Recordamos que, además de este primer drama, consiguió el éxito en otros con otros dos: “Simón Bocanegra” (1843) y “Venganza catalana” (1864).

Sin embargo, también hemos de escribir para nuestro público lector sobre lo menos conocido de nuestro autor; noticias que aparecen con cuentagotas y siempre con la cautela de analizar y valorar quien escribe o la fuente procedente; un escrito de un testigo presencial, un documento administrativo oficial, noticias de periódicos, o simples leyendas que han ido arraigando a lo largo de los años.

En esta ocasión hemos tomado estas nuevas noticias del periódico La Libertad, viernes 10 de agosto de 1934, en donde aparece un artículo del escritor y periodista Pedro de Repide Gallegos (1882-1948) sobre el cincuentenario de la muerte del vate chiclanero en su apartado “Espejo de las horas”. No fue el señor Repide un cualquiera en la prensa nacional de aquel periodo. Escritor y periodista había cursado estudios de Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad Central de la capital de España y en la Sorbona de París. Fue, además, el primer representante del Cuerpo de Cronistas Oficiales de la Villa de Madrid.

El artículo lleva por título “El cincuentenario de García Gutiérrez” y comienza por un personaje que fue imprescindible para el estreno de “El trovador”: el actor cómico, Antonio Guzmán (1786-1857). Sus restos mortales acababan de ser traslados al panteón de hombres ilustres de la Asociación de Escritores y Artistas en la sacramental –cementerio– de San Justo en Madrid. En una de las coronas de flores que portaba la carroza, donde se hallaba el féretro, se podía leer: “A Antonio Guzmán, a quien se debe el estreno de “El trovador”, la Junta nacional del monumento a García Gutiérrez”.

El escritor manifiesta que desconocía tal Junta nacional y le pareció que “su existencia no puede ser más que emocionante y oportuna. Demostraba hasta que extremo llevaban su amor a García Gutiérrez quienes rendían ese delicado homenaje al actor que, a pesar de su vena cómica, había sabido captar y gustar las más altas bellezas del arte trágico” aún sabiendo que no tendría un papel en el drama. Es a Guzmán, por tanto, a quien se le debe el estreno de “El trovador” porque se lo pidió al empresario de al teatro, Jean Grimaldi.

A partir de aquí, Repide, hace memoria biográfica de don Antonio y nos desvela algunos detalles que nosotros también desconocíamos como que “los actores salieron de mala gana y rezando el papel hasta que una voz surgida del público entregado a la belleza del drama les obligó a dar todo su valor al verso y a la acción”. Y añadía: “el joven soldado había venido a pie desde el depósito –cuartel– de Leganés” donde recibía la instrucción.

El resto de los datos son ya conocidos. El poeta se presentó en el proscenio vestido con la levita prestada por Ventura de la Vega (1807-1865); viajó a Cuba y más tarde a México donde participó, junto a las tropas del general Santa Anna, en la batalla de Churubusco (1847). Y, por último, el fallecimiento del poeta en la calle Fuencarral, 125.

Pero, donde pone más el acento y se extiende Repide, es en la Junta nacional monumento a García Gutiérrez: “Una loable iniciativa del Sindicato de Viticultores de Chiclana lleva a la práctica el propósito de honrar en Madrid la memoria de su glorioso paisano (…) El presidente de esa organización, D. Fernando Salado Olmedo [El padre Salado], hombre lleno de dinamismo y entusiasmo, ha permanecido unos días en la capital de España. Él aprovechó la oportunidad del traslado de los restos de Guzmán para dedicarle el agradecido recuerdo. Ha dejado constituido un Comité y ha encargado al joven y notabilísimo escultor Pedro Frías Alejandro la ejecución del busto definitivo que ha de ser entregado al Ayuntamiento madrileño para su colocación en una plaza pública”. Sin embargo, fue “desechado a su debido tiempo, y por considerables razones de situarlo en el pedestal vacante que sirvió de sustento a la estatua de Isabel II, pedestal que ha de servir para la efigie de Barbieri”. También se barajó la posibilidad de situarlo en el pequeño jardín de la plaza de las Salesas.

Ninguna de las dos opciones fraguó. Finalmente, el busto vino para Chiclana. Ha estado colocado en varios puntos de la ciudad –plazuela de Pizano, Jardines de García Gutiérrez, plaza de El trovador y Alameda del río–, hoy descansa sobre un pedestal en la plaza Patiño, muy cerca de la calle donde don Antonio nació.

Bibliografía:

-ARAGÓN PANÉS, J. L. (2013): “Antonio García Gutiérrez, crónicas para una biografía. Imp. Alograf S. L. Chiclana de la Frontera.

-BNE. Hemeroteca Digital: Periódico La Libertad, viernes 10 de agosto de 1934.

-WIKIPEDIA: Entrada, 8 de julio de 2023 https://www.google.com/search…

FUENTE: https://www.facebook.com/joseluis.aragonpanes