POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
San Pedro de Alcántara, amigo y consejero de Santa Teresa de Jesús, gozó de amistad y ayuda del señor de Loriana y don Llorente, don Juan Velázquez Dávila, que asistió a una de las visitas que las hermanas del emperador Carlos V, doña Leonor y doña María, hicieron en Badajoz a doña María de Portugal, entre Navidad de 1557 y el 7/II/1558. Con este motivo el señor de Loriana hizo amistad con varias personalidades, a las que solicitó remedio ante las adversidades de los religiosos y fundar, en 1559, la Custodia franciscana de San José.
Fue saludable y cercana la amistad entre el señor de Loriana, sobre todo en los últimos años del santo alcantarino, ya que le ayudó a construir el convento de El Palancar. Las crónicas dictan que lo recibía en su casa solariega de Ávila. Casa que estuvo en la calle Vallespín, antigua Rúa de Zapateros, entre el Mercado Chico y la Puerta de Adaja, y le comunicaba con frecuencia por cartas sus preocupaciones e inquietudes. El franciscano, en esas visitas, se encontraba con Santa Teresa de Jesús, fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas. Santa Teresa de Jesús dijo del señor de Loriana: “ilustre amparo de los buenos, en cuya casa los siervos de Dios hallaban espalda y cabida”.
En el Capítulo Provincial del 2/II/1561 se dispusieron rogativas especiales por el señor de Loriana, al ser “principal patrón de nuestra Provincia de San José”. Don Juan Velázquez, en 1565, abandonó el mundo y sus títulos nobiliarios, retirándose al monasterio de Guadalupe, donde murió, como consta en una lauda sepulcral conservada en el claustro mudéjar del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe.
La lauda dice “Aquí iaze Juan Velázquez Dávila, señor de Loriana y Don Llorente, el qual dexando su casa a don Diego Messía de Ovando, su hijo, se recogió en ésta de Ntra. Sra. donde perseverando en su santo propósito falleció a 5 de diziembre de 1572 años y 71 de su edad”. Su labra heráldica está formada por un escudo partido: primero, cruz flordelisada, acompañada en sus cantones de cuatro conchas de peregrino; segundo, tres fajas. En escusón, partido también, primero, trece roelas puesto tres, tres, tres, tres y una; y en el segundo cartel, un castillo surmontado de un águila y bordado de ocho cruces de San Andrés.
(De mi artículo “La dehesa-villa de Loriana en el catastro de Ensenada (1754), y el convento de franciscanos descalzos, Bien de Interés Cultural”, publicado en la Revista Guadalupe núm. 865, julio-septiembre, año 2019).