POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Los pasillos de la memoria de los quehaceres y los días se afanan en divulgar lo que hicieron y fueron capaces de hacer algunos de nuestros paisanos, desde su sencillez y generosidad para con el trabajo, la familia y la vida. Alfonso del Viejo (primero en la foto por la derecha, junto al sastre Juan Gragera, en el cafetín de Pedro Dorado, que está junto a su hermano Joaquín) fue cobrador de la luz de la Sevillana. ¿Recordáis aquellas carteras de cuero alargadas que llevaban cuando iban cobrando los recibos de la luz por las casas?
Alfonso vivió en la calle de Mérida (que también la llamaron Pablo Iglesias y luego Calvo Sotelo, aunque siempre fue como ahora, calle de Mérida), en la que tenía el muestrario de las máquinas de coser ALFA, de la que fue representante. Ahora se acerca y llega el anuncio ¡Cobrador de la luz! En silencio, como suelen hacer las cosas los que ayudan a los demás sin nada a cambio, Alfonso del Viejo avisaba en su bonhomía a los usuarios que en aquellos tiempos difíciles no podían pagar el recibo de la luz, evitando se quedasen sin fluido eléctrico, junto con la complicidad del señor Pilo, Jefe de la Cía Sevillana.
El ovillo de la memoria trae hoy los paseos que Alfonso daba por los territorios de la calle de Mérida y a la vez la inolvidable musiquilla que él entonaba. ¡Tiempos!