POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
La vida que durante el año se aletarga brota esplendorosa entre el bullicio de los muchachos correteando por la plaza y las conversaciones de un ayer lejano de los ancianos sentados en los bancos frente a la iglesia.
Malanquilla en agosto es el reflejo de lo que nunca debió de ser y lo que queremos que pronto sea.