POR JOSÉ ANTONIO AGÚNDEZ GARCIA, CRONISTA OFICIAL DE MALPARTIDA DE CÁCERES (CÁCERES).
El pasado sábado día 5 de agosto, fui amablemente invitado en mi calidad de cronista oficial a participar en el
encuentro de confraternización organizado por los malpartideñas y malpartideños nacidos en 1960.
El acto de recepción oficial, al que también asistió y dio la bienvenida el alcalde Alfredo Aguilera, tuvo lugar en el salón noble de nuestra casa consistorial y en él participaron un buen puñado de integrantes de aquella buena cosecha, algunos venidos de lejos y otros que llevaban casi medio siglo sin pisar la localidad de su naturaleza. Por lo que el acontecimiento, que hubo incluso de superar la larga dilación de la pandemia, no podía ser por menos que feliz y entrañable para todos ellos por cuanto supuso de fiesta, de reencuentro, de recuperación de amistades y de evocación de vivencias compartidas.
Por mi parte, tuve la oportunidad de recordarles en breves pinceladas algunos aspectos y circunstancias del tiempo y de la Malpartida que les vio nacer, una población que tenía en 1960 muchos más habitantes que ahora pero que vivían más estrechos, en muchas menos calles y en muchas menos casas, pues vivir de «moraores» era lo habitual entonces. Una Malpartida en blanco y negro, como la del NODO, dedicada al campo y al ganado, a la lavancia y a sacar a la familia adelante con escasos recursos. Unos vecinos que ante la carencia de oportunidades y trabajo pensaban ya en escapar a tierras donde encontraran mejor sol, a pesar de los esfuerzos que se hacían por dotar a la localidad de infraestructuras educativas y erradicar el analfabetismo. Un pueblo fiestero, eso siempre, que celebraba todo lo que se le ponía por delante.
En fin, una Malpartida con sus luces y sombras pero de la que todos, todos, nos sentimos orgullosos. En resumen, gracias de nuevo a toda esta generación por su invitación. Espero que lo pasárais a tope, felicidades por haberlo festejado y mucha salud para conocer muchos años y muchas otras celebraciones.