POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Cordel de Barbaño. Camino viejo de Barbaño. Paso de ganado de la trashumancia en busca de abrevaderos y pastos verdes. A finales de agosto, las huertas dan frescor a la mañana que llega. La memoria trae olor a barro cocido que proviene de los hornos. Viejos y artesanos alfares del sitio llamado “Encinal”, en los que se producían adobes, ladrillos y tejas. El Libro de Eclesiásticos de Ensenada (año 1753), referencia sobre la Cofradía de las Ánimas Benditas de Montijo que ésta poseía “un horno de texa y ladrillo consistente en el exido de esta villa ynmediato al enzinal distante doszientos pasos que por respuestas se halla regulado su utilidad en mil y quinientos reales de vellón al año”. Horno que producía “tres hornadas de a diez mil piezas cada una, la mitad tejas y la mitad ladrillo, éste a precio de quarenta reales el millar, y el de aquella a sesenta de forma que produce al año mil y quinientos reales”.
Este horno de tejas y ladrillos servía para el sostenimiento económico, especialmente el de honras, misas rezadas y misas cantadas por los difuntos de la cofradía, de los que se documentaban tres a mediados del s. XVIII en el camino viejo de Barbaño, que tuvieron fama y prestigio fuera de nuestro término. Así lo confirma el pago librado por el cabildo de la catedral de Badajoz al maestro de pintor Alonso de Mures, que en 1740 recibía del mayordomo de la fábrica de la catedral “doszientos reales de vellón que importaron los colores que puso a la veleta de la capilla maior”, sus encendidos tonos rimaban con los tejados de las respectivas capillas, relucientes de tejas vidriadas, traídas de los alfares del Montijo.
El Camino Viejo de Barbaño ofrece al caminante La Puentecilla (pequeño puente que salva un arroyo de factura medieval). La Cruz de la Muchacha antes de llegar a la ermita de la Patrona de Montijo. Que según la leyenda señalaba el lugar de la desaparición de una muchacha por la crecida del río Guadiana. Otras leyendas señalan que fue devorada por lobos. Las cruces era un hito mojón que indicaban el deslinde o amojonamiento (límites) de la vía pecuaria.
El Camino Viejo de Barbaño sabe a saludo y a olor universal de albahaca de la familia Almirante, que ofrecen en una centenaria tradición a la imagen de Ntra. Señora de Barbaño, que en cinco días vendrá por ese camino con las primeras luces de la mañana de azul y plata, bajo el sentimiento popular de cuantos acompañan a Ella y al Niño que nunca baja los brazos. Un camino por donde se santiguan los siglos que proclaman: “bajo el nombre feliz de Barbaño, este pueblo que año tras año, tus favores tus hijos pregonan”.