POR AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIELAGOS (MADRID)
El 26 de agosto es el santo de mi bisabuela Ceferina y también la fecha de su nacimiento. Este año hubiera cumplido 149 años. Murió cuando yo no había cumplido un año.
Pisamos y respiramos en este mundo unos meses pero no te pude ver o ser consciente de ello. Oir de tu vida, tu templanza, tu fortaleza, tu bondad, tu cariño, tu amor por los tuyos no es comparable excepto por la humanidad, la compasión, la entereza, la ternura con los suyos, de tu marido Agustín, que el 28 sería su santo. Ya he dicho muchas veces que llevo su nombre por él.
Llevaba años escribiendo algún recuerdo de vosotros que no quería que se perdieran como las lágrimas en una tarde de lluvia. Recuerdos de instantes inconexos donde oía hablar de mis bisabuelos.
Sería capaz de hacer un pacto con el mismo Caronte para tener una conversación o un paseo con vosotros. Os debo tanto.
Mi tía Ina no deja de repetirme que si su abuelo, mi bisabuelo, levantara la cabeza. Yo a finales de agosto, como todos los años que viva, pensaré en vosotros. E impondré la máxima que nadie muere mientras no sea olvidado.
Y ahora, ya en el transcurso de un año recuerdo las fechas de adioses dolorosos. Primero Alicia, luego Anatolio y Ángeles ¿Os dais cuenta de la relatividad de la vida? Espero que no la dejéis pasar sin más porque el final es muy cierto para todos. Gracias por haber existido. Ninguno de nosotros seríamos los mismos sin esas vidas que nos dejaron.
Y yo no sería nada sin vosotros, Ceferina y Agustín. Os quiero y os querré siempre.
FUENTE: https://www.facebook.com/agustin.delasheras