POR HISPANIA NOSTRA
Una noche de Reyes de hace 80 años, muy fría y helada, mientras se hacía toque festivo por la llegada de Sus Majestades de Oriente, la campana de la iglesia de Santa María de Granyena (Lleida) se agrietó. Desde entonces, su tañido enmudeció y no ha vuelto a acompañar a sus habitantes.
La campana, de casi un metro de diámetro en su boca y 500 kg de bronce, fue fundida en 1747 por Francesc Martrus, campanero y fundidor de Lleida. La campana se usaba para toque festivo y reloj. En su parte superior, volteando todo el perímetro exterior, se lee en letra mayúscula la siguiente inscripción catalana y latina: ES ESTA CAMPANA DE LA BILA DE GRANYENA. SANTA MARIA. ORA PRONOBIS. 1747.
El cabezal está muy deteriorado con dificultad para sostener con seguridad la campana. El bronce presenta dos fisuras horizontales. El bronce se llevaría a un taller de Innsbruck (Austria), a un centro especializado en este tipo de restauraciones y se intentará recuperar la madera del cabezal.