POR JOSÉ MARÍA SAN ROMÁN CUTANDA, CRONISTA OFICIAL DE LAYOS (TOLEDO)
De manera repentina, y demasiado joven, fallecía este fin de semana, mi querido amigo Adolfo Delgado Agudo, torrijeño convencido, historiador vocacional cuyo último desempeño profesional estuvo entregado durante bastantes años al archivo de la Diputación Provincial de Toledo, de cuyos fondos, junto con otras dos grandes historiadoras y archiveras -Flor Martín Payo y María Jesús Cruz Arias-, probablemente fuese el mejor conocedor.
Adolfo había nacido en Torrijos en el año 1957, lo cual significa que lleva muy poco tiempo jubilado. Su formación no estaba únicamente enfocada a la Historia, sino que además era también Licenciado en Derecho, circunstancia que le permitió tener unos conocimientos adicionales muy interesantes a la hora de tratar determinados tipos de documentos y de fondos archivísticos. Sus ganas de conocer eran insaciables. Tanto es así que uno de los últimos recuerdos que tengo de él antes de que se jubilase era el estar preparando un trabajo fin de Master. A sus ya sesenta y algunas primaveras, seguía formándose como el primer día.
Era un hombre profundamente emprendedor. Su capacidad de emprendimiento, callada, con ese trabajo silencioso pero imprescindible que hacen las personas que se destacan por su humildad, fue una de las grandes demostraciones de su talento y uno de los grandes aceites de su vocación investigadora.
Pero, además, Adolfo era un hombre tremendamente generoso en el ámbito de la investigación. Nunca tuvo ningún reparo, sino todo lo contrario, en compartir conocimiento con quien se lo pedía. Y así fue como yo lo conocí, buscando en los fondos de los archivos de la Diputación Provincial. Siempre dispuesto, en horas de trabajo o fuera de ellas. De su generosidad también tenemos prueba en cómo todavía en Internet él mismo subía artículos e investigaciones suyas, que ponía a disposición del público, pensando a veces, me parece a mí, que nadie iba a leerlas, siendo en realidad investigaciones imprescindibles en el ámbito de la comarca de Torrijos. Gracias a él, contamos con la extraordinaria Biblioteca Virtual de la Comarca de Torrijos, que ahora dirige mi querido amigo el investigador Roberto Félix García. Hay que decir que en Torrijos hay un grupo de investigadores muy comprometidos entre los que se encuentran el propio Roberto, Justiniano de la Peña, Julio Longobardo, Josué López Muñoz y otro querido amigo mío que falleció demasiado pronto: Jesús Sánchez de Haro.
Toledo ha perdido a un gran investigador, tan callado como experto, tan humilde como vocacional. Hoy es un día un poco más triste para todos los investigadores que nos dedicamos a estudiar nuestra querida provincia de Toledo. Gracias por todo, Adolfo. Descansa en paz, amigo.