En 1980, la cosecha de uva de mesa en La Mata fue de un millón ochocientos mil kilos, que a treinta pesetas el kilo y dieron unos beneficios de cincuenta y cuatro millones de pesetas; uva de vino se vendimiaron ochocientos mil kilos que dieron una producción de sesenta mil litros de vino, que se vendieron a cincuenta pesetas el litro, dando unas ganancias de tres millones de pesetas.
La producción de vino en La Mata en 1986 fue de ocho mil cántaros de vino -noventa y dos mil cuatrocientos litros-, que vendidos a setenta y cinco pesetas litro hizo que se obtuvieran seiscientas mil pesetas de beneficio. Del año 1993 no tengo cifras del volumen de la cosecha, pero sí que la uva de mesa, que se vendió a sesenta y cinco pesetas el kilo y el vino a ciento cincuenta pesetas el litro.
En los últimos veinte años del siglo XX se produjo un progresivo abandono de las parcelas de viñedo, debido principalmente a razones de falta de rentabilidad económica y ausencia de relevo generacional. Los datos indican que en esos años se produjo una reducción del 50% de la superficie cultivada.
Para la elaboración del vino, antes de la vendimia, lo primero que se hace es coger un par de uvas, de las verdes y de las maduras, se le exprime el zumo introduciéndolo en un recipiente graduado para a continuación introducir dentro del mismo una escala que marca los grados de azúcar que tiene la uva y que, tras la fermentación se convierten en grados alcohólicos; a este utensilio en La Mata se le llama «pesamosto». Por medio de este procedimiento el labrador sabe los grados deseados al vino.