POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Sin duda, en nuestro tiempo existen dos posibilidades a la hora de visitar Las Hurdes, seguir con la venda puesta en los ojos y salir a buscar Las Hurdes míseras y extremadamente pobres del documental de Buñuel “Tierra sin pan” de 1933 o caminar con una mirada nueva y sin prejuicios para abandonar definitivamente el blanco y negro y ponerle color a una visita que siempre deja una profunda huella.
El sentido mágico y absolutamente legendario de esta comarca del norte de Cáceres se encuentra en su mar de sierras, en perseguir las curvas pronunciadas de sus cinco ríos, en acariciar la pizarra de su peculiarísima arquitectura negra superviviente en pueblos y alquerías o en olfatear brezo y flor de jara para después encontrar la miel en los platos bien generosos que se sirven.