POR MARTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE GETAFE (MADRID).
Será todo un lujo volver a ver volar esta réplica del popular autogiro de Juan de la Cierva, el C-4. Este ha sido el resultado del esfuerzo y dedicación de un grupo de personas muy vinculadas con la aeronáutica que se propusieron ese reto y así conmemorar el centenario del primer vuelo de este aparato volador. El coronel Fernando Roselló, piloto de autogiros y un grupo de pilotos de ultraligeros e ingenieros aeronáuticos socios y amigos del club de ultraligeros de Getafe, alcanzaron este importante reto. Enhorabuena y felicidades a todos ellos y gracias por aportar tanto conocimiento y tanto esfuerzo en favor de la aviación y del mundo de los ultraligeros.
Fundación Infante de Orleans (FIO)
Si no hay contratiempos ni imprevistos, este domingo esperamos contar en la exhibición de la FIO con la réplica del Autogiro C-4 construida por un grupo de entusiastas para celebrar el primer vuelo del autogiro hace 100 años. Esta réplica hizo su primer vuelo en Ocaña el 29 de marzo de este año y se trata de un aparato único (en Europa no hay autogiro similar, ni original ni réplica, en estado de vuelo).
Aunque en la FIO hemos disfrutado de la participación de autogiros que han demostrado sus capacidades siempre se ha tratado de diseños modernos. Esta es la primera vez que volara un aparato cuyo diseño data de principios de los 20 del siglo pasado; una oportunidad excepcional para trasladarnos a los tiempos cuando lo que hoy nos parece normal, eran meras ideas y bocetos en un grupo de soñadores e incansables ingenieros y pilotos y cada vuelo era un desafio.
Información y entradas anticipadas en www.fio.es
Obra del ingeniero Juan de la Cierva y pilotado por Alejandro Goméz Spencer, el aparato, llamado De la Cierva C-4, hizo su primer vuelo desde Getafe el 17 de enero de 1923, inaugurando una nueva etapa de la aviación que se vio culminada con la irrupción del hélicoptero años despúes.
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