POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

Días pasados nuestro periódico publicaba dos noticias que constituyen dos llamadas de atención en este mundo nuestro que vemos arrugarse con miedo y cuyo final intuimos de forma irremediable y además acelerada. Cuatro localidades plantean las posibilidades económicas que presenta la apicultura y dos, Matilla de Arzón y Muelas del Pan, resaltan el aprovechamiento de esos términos municipales con explotaciones ganaderas, única solución y único camino para crear riqueza en una zona cuya población se evapora y su superficie permite esta actividad con los debidos requisitos y normas de propiedad y explotación.

Bastaría hacer un sencillo seguimiento a través de la bibliografía de nuestra provincia desde Madoz (1850) hasta los últimos informes de las cámaras agrarias de los años setenta del pasado siglo para encontrarnos con ese fenómeno imparable que es la despoblación que afecta, casi por igual a todos los municipios de la provincia de Zamora y de otras provincias de Castilla y León.

La explotación ganadera en régimen extensivo solo se mantiene en los cotos cerrados, dehesas y no siempre, pues el rendimiento es más corto que el intensivo pero menos costoso y sin embargo supone una excelente salida para esas miles y miles de hectáreas a las que hay que darles una solución. Muchos de esos terrenos susceptibles de ser aprovechados ya han pasado el proceso de concentración parcelaria, que es un valor añadido muy importante, pero al que hay que sacarle su correspondiente beneficio.

Muelas del Pan el otro núcleo citado con tierras marginales junto al río, por su situación geográfica ofrece otras garantías pero toda explotación ganadera pide y exige una atención y dedicación muy cuidada y eso puede aumentar el equilibrio dentro de la misma entidad de población, equilibrio hoy totalmente roto a lo largo de toda la geografía provincial lo que va a exigir determinados esfuerzos para conseguir equilibrar la balanza en nuestros campos consiguiendo importantes rendimientos a los que se pueden sumar las cosechas de frutos silvestres de cada temporada, como las que estamos viviendo en el presente otoño.

Explotación pecuaria, disfrute y belleza constituyen la gran trilogía de desarrollo del siglo XXI en nuestros pueblos si queremos paz y progreso.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/