RECUPERÓ LA BANDERA BERNARDO DARÁS MAHIQUES, CRONISTA OFICIAL DE CARCAIXENT (VALENCIA).
Un relieve de piedra que representa una situación vivida en 1656 ha servido para demostrar la existencia de esta «senyera» ya aprobada por el Consell.
Un relieve de piedra en la fachada de la casa señorial de la familia Boscá Rubio, actualmente el colegio de los franciscanos, que alude a un hecho real que tuvo lugar en el año 1656, constituye la referencia más antigua y única de la existencia de una bandera o «senyera» de Carcaixent que se utilizó como emblema en la época foral. La bandera cayó en desuso en algún momento dado y la quema del Archivo Municipal en la revuelta que tuvo lugar en septiembre de 1911 ha impedido seguirle el rastro.
Pero la bandera de Carcaixent volverá a lucir en las dependencias municipales como un símbolo de la ciudad. La Generalitat ha atendido la petición elevada por la corporación el pasado mes de abril mediante un acuerdo unánime y ha aprobado la rehabilitación de la bandera municipal de carácter inmemorial, tras recabar el dictamen fav orable del Consell Tècnic d’Heràldica i Vexil·lologia. Sobre un fondo carmesí, color propio de las villas reales, lucirá el escudo timbrado, también de uso inmemorial, que Carcaixent recuperó por resolución del conseller de Justicia y Administraciones Públicas a finales de 2002.
La recuperación de la «senyera» de Carcaixent se sustenta en elinforme elaborado por el historiador local Francesc Torres, director del Arxiu del Regne de València, que explica el uso de las banderas locales en época foral en guerras, festividades y actos solemnes como las procesiones y detalla como, a falta de documentación escrita, el relieve de una antigua casa señorial da cuenta de la existencia de esta enseña ya en el siglo XVII.
Tanto el cronista oficial de Carcaixent, Bernardo Darás, como la archivera municipal, Mª Creu Trujillo, participaron en la propuesta de recuperación de esta enseña que la resolución de Presidencia de la Generalitat que autoriza su rehabilitación describre así: «Bandera de proporciones 2:3. De carmesí. A centro el escudo de la ciudad de Carcaixent timbrado. El escudo ocupará el 45 % del ancho de la bandera».
El relieve encargado por Martí Boscá Sancho para representar que la custodia se refugió en su casa durante una procesión del Corpus deja constancia de que, junto a la comitiva de autoridades civiles y religiosas, desfila la bandera de Carcaixent.
Refugio por la lluvia
Sucedió durante la fiesta del Corpus de 1656. «Ese día, durante la procesión, hubo una fuerte tormenta y unas lluvias torrenciales que afectaron gravemente a la población y a su término municipal. La lluvia empezó a caer cuando la procesión salía de la calle del Molí (actuamente calle del Genral Prim) y giraba por la calle Mayor de Santa Ana. Todas las autoridades, civiles y eclesiásticas, se escondieron en las diferentes casas de la calle y la custodia entró en la casa de don Martí Boscá Sancho y doña Magdalena Rubio Armengol», relata Francesc Torres, al tiempo que detalla que esta familia originaria de Llutxent, en agradecimiento por haber albergado en su casa la custodia, regalaron un palio bordado de oro y seda a la iglesia de Llutxent, realizaron diferentes regalos a la iglesia de Carcaixent y colocaron un relieve escultórico en la fachada de su casa, arriba de la puerta principal, que todavía se conserva en la actualidad.
El relieve reproduce con gran detalle la escena que se vivió en la casa como consecuencia de la tormenta y, además de mostrar el palio o representar a las autoridades civiles y religiosas, contempladas por los señores de la casa, deja ver «perfectamente la senyera municipal de Carcaixent que era una bandera monocroma, seguramente de color rojo carmesí con la mayoría de las senyeras locales valencianas, en el centro de la cual aparece el escudo de la población», describe Torres.
«Lo curioso en este caso es que no hay un documento histórico escrito, sino que el documento más antiguo lo constituye este relieve», expone la archivera municipal, Mª Creu Trujillo, que recuerda que Carcaixent ha sido siempre villa real desde que se separó de Alzira.
La quema del archivo municipal en 1911 es uno de los motivos que explica que no se haya localizado ningún testimonio escrito sobre la bandera, explica el cronista oficial, Bernardo Darás.