POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
La segunda jornada en la villa de TAZACORTE no podía pasar sin hacer una visita a uno de sus enclaves más atractivos: la playa del Puerto, que con sus arenas de origen volcánico (¡de dónde, si no!) congregan a tantos y tantos ciudadanos de media Europa, sobre todo en verano.
Lástima la ola de calor que está azotando estos días también a las Islas Afortunadas y que ha traído consigo unas temperaturas impropias de estas latitudes y una calima sofocante.
Además, para un meseteño de tierra adentro, que tiene más que suficiente con el río Duratón y su pantano de La Serranilla (o de Las Vencías), le sobra todo el sol y el agua del océano Atlántico y le basta con pasear en la zona de playa donde rompen las olas, justo donde este agua juguetona llega a cubrir los tobillos. Y haciendo un extraordinario, hasta las rodillas.