POR JUAN JOSÉ LAFORET HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (ISLAS CANARIAS))
Y es que la historia de Gran Canaria, dada su condición de ser una isla enclavada en una de las rutas atlánticas más estratégicas, ha sido, en gran medida, la de la historia de su seguridad y su defensa.
Una reflexión sobre lo que conceptos como ‘seguridad’ y ‘defensa’, con una mirada desde el campo del derecho, en la hora actual, tanto del mundo, como de comunidades concretas, en especial aquellas asentadas en zonas fronterizas y afectadas, de una u otra manera, por los conflictos o por situaciones derivadas de ellos, tiene una importancia estratégica esencial, pues se trata de avanzar en el conocimiento de lo que hoy suponen temas como ‘cultura de defensa’ para la sociedad, de progresar en el convencimiento de lo que todo ello tiene de trascendente para la ciudadanía en general. Y esto lo encontraremos estos días en un lugar como Gran Canaria, eminentemente estratégico en el entorno del Atlántico medio, en las rutas entre tres continentes, por las que discurre mucho de lo que se ha dado en denominar ‘globalización’, con instalaciones, industrias, empresas, actividad socio-cultural y una historia que la caracteriza por su vinculación a esos conceptos de seguridad y cultura de defensa, al celebrarse las IV Jornadas sobre Seguridad, Defensa y Derecho.
Un evento científico y al tiempo divulgativo, de encuentro entre universidad, fuerzas armadas y sociedad, entre tres orbes que, en realidad, no constituyen elementos dispares y distanciados, sino que son partes de un único conjunto, que como tal debe mirar hacia adelante y trabajar con una sola mirada y un objetivo unívoco. Unas jornadas que si bien en sus primeras ediciones, en los años 2015, 2016 y 2017, como señalan sus organizadores, la ULPGC, la Delegación de Defensa en Canarias y el Gabinete Literario de Las Palmas, han estado centradas en la seguridad en el Sahel y la protección de los más débiles, las operaciones militares españolas y su cumplimiento en el derecho internacional o, de forma muy elocuente para este Archipiélago y la rutas que le conectan con todo el mundo, la trascendencia de la seguridad en el mar, ahora, cuando se retoma su celebración después de unos años, se propone, «en este año 2023 ante la situación actual de gestión de las múltiples crisis que vive el mundo, y el papel que está jugando España en las mismas, una visión transversal sobre la actividad de los militares españoles en el exterior, difundirla, ponerla en valor y darle la verdadera dimensión que tiene».
Gran Canaria en particular es buen punto geográfico e histórico para ser sede y celebrar unas Jornadas como las propuestas, no sólo por su posición geográfica y estratégica actual, sino por su lugar y protagonismo en la historia, en muchos conflictos y situaciones que hicieron de su defensa, de su seguridad, parte esencial de la seguridad y la defensa de España en su conjunto, con una trascendencia europea que tampoco se puede ocultar. Si como ya señaló el General de División D. Juan Miguel Mateo Castañeyra, entonces adjunto al General Jefe del Mando de Canarias, en un acto conmemorativo del 433 aniversario de la creación de las Milicias Provinciales, «la seguridad y la defensa colectiva, es una proyección de la seguridad y defensa individual», nos encontramos con que los grancanarios enraizaron muy bien esta idea desde los primeros momentos de la historia de su capital, inmersa con gran protagonismo en esa encrucijada política, económica, social y cultural que entonces ya la señalaba en el orbe de los intereses, y de los encontronazos, internacionales de aquellos tiempos.
Y es que la historia de Gran Canaria, dada su condición de ser una isla enclavada en una de las rutas atlánticas más estratégicas, ha sido, en gran medida, la de la historia de su seguridad y su defensa, y con ello la de su historia militar, algo que marcó su desarrollo, la realidad de los acontecimientos a través de los siglos y, en gran medida, mucho de la forma de ser de sus habitantes -naturales, o foráneos-, así como de su urbanismo, su arquitectura, sus tradiciones y su cultura, e incluso el mismo carácter isleño. Por ello, a la luz de las más modernas concepciones de la ‘seguridad’ y la ‘defensa’, como las que se expongan y se debatan en el marco de unas Jornadas como estas, dedicadas a estudiar «el papel de las Fuerzas Armadas Españolas en la época de las multicrisis», no sólo entenderemos como esa acción defensiva se debe dar en la actualidad mucho más allá de las estrictas fronteras nacionales, o de ámbitos como la Unión Europea, sino que se concebirá mucho mejor en un territorio estratégico, tanto en la actualidad, como en el pasado, como es Gran Canaria en particular y Canarias en general, pues se reflexionará en el ámbito de una isla en la que, desde tiempos prehistóricos, una de las misiones esenciales que debieron asumir sus pobladores de todos los tiempos fue la de la defensa de su territorio, actividad a la que debían adjudicar los recursos que su economía y su población les permitía, con el fin de que el progreso y la libertad fueran posibles.
No es de extrañar que siglos después, en el año 1900, el mismísimo Benito Pérez Galdós no dudó en proclamar: «…declaremos que el Archipiélago canario, centinela avanzado de España en medio del Océano, conoce bien las responsabilidades de su puesto y en él permanecerá siempre firme, vigilante, sin jactancia ni miedo, confiado en sí mismo y en su derecho…». Y efectivamente, también se hace esencial que los estudios y reflexiones de estas IV Jornadas también se hagan en el marco del derecho, exponiendo «el marco legal en el que actúan estas misiones internacionales».
El Gabinete Literario, que a lo largo de su historia ha recibido y debatido los temas más destacados para el devenir y el progreso de la isla, acogerá, por cuarta vez, estas sesiones de pensamiento y reflexión, de divulgación y normalización, de lo que la ‘seguridad’ y la ‘defensa’ tiene de trascendente para el conjunto de la sociedad. Y es que, si no se entienden y se asimilan estos conceptos, no se caerá en la cuenta de que nos hemos adentrado en un mundo distinto, un mundo del que todos formamos parte, pero que no a todos pertenece por igual. Un mundo que, como señaló en Gran Canaria en 1999 el entonces secretario general de la OTAN, D. Javier Solana, «sin duda será inseguro, si no somos capaces de comprender el verdadero significado de la palabra ‘seguridad’, y si no trabajamos para implantarla y defenderla». Y todo ello, como proponen estas IV Jornadas, y no debe ser de otra manera, a la luz del derecho internacional, garantía de que la humanidad pueda avanzar por vías de entendimiento hacia esa meta, siempre ambicionada, de la paz