POR FRANCISCO JAVIER ARELLANO LÓPEZ, CRONISTA DE LUIS MOYA, ZACATECAS (MÉXICO)
En el uso de lenguaje, la gente acuña frases que algunas veces trascienden. Los individuos sobresalientes fabrican frases singulares y los personajes populares también construyen, consciente o inconscientemente, frases que ingresarán al repertorio del dominio del lenguaje de una comunidad que los recordará siempre. “Yo solo sé que no sé nada”, Sócrates.
En el medio de los cantantes populares, recuerdo la expresión del cantante de Huentitán, Jal. que “mientras que ustedes aplaudan yo no dejaré de cantar”.
El sábado 4 de noviembre del 2023, escuché al cantante Steven Sandoval, La voz del mariachi, ex integrante del mariachi Vargas y del Nuevo Tecalitlán, decir en el teatro del pueblo de Nochistlán, en el marco de las Fiestas de Octubre: “Nomás no se vayan a ir”.
El contexto se creo en su presentación artística en el teatro del pueblo. El evento comenzó a las 10 de la noche. Cantó todo un florilegio de canciones que fueron éxitos de Lola Beltrán, Antonio Aguilar, El Charro Avitia, Lucha Villa, José Alfredo Jiménez, Vicente Fernández, Ana Gabriel, Julión Álvarez, El Grupo Frontera, entre otros más. Canciones rancheras, sones, boleros formaron un hermoso mosaico del folclor mexicano que el público, principalmente, adulto, disfrutó enormemente. También estuvo presente la juventud que aún le gustan las canciones bravías, campiranas y “llegadoras”.
El cantante trató de abarcar un gusto general y los consiguió. Cantó «las melodías «quedaditas» y las modernas bonitas. Derrochó voluntad, medio mundo se tomó la foto con él. Pienso que el concierto duraría dos horas. A las 12 de la noche, sombrero en mano agradeció su asistencia. Como es común, el público mexicano siempre pide otra canción a su artista consentido o preferido. Otra, otra, otra… Steven, que ya tienen 7 años como cantante solista, miró al púbico, escuchó la fuerza de otra, otra… y dejó su sombrero y volvió a la gente y les dijo: si voy a cantar otra, es más varias, van por mi cuenta, “nomás no se vayan a ir”, no me dejen solo. Por lo general, mucha gente adulta se duerme antes de las doce de la noche, pero los que les gusta la canción bravía, contestaron: no, nos vamos a ir.
El cantante, con mucha voluntad, derrochando condición física y haciendo gala de su voz, que “ya no es ningún muchacho” (49 años) deleitó a su público una hora más. Yo disfruté las canciones de “La Fiesta del mariachi”, “Te amo”, “Por amor”, “María Chuchena”, “A los cuatro vientos”, “No se va, no se va”, “El día más triste”, “Los mandados y no me sé rajar”, “Luna”, “A mi manera”, “Yo quiero chupar” entre muchas más.
Bien por el artista, pienso que da más de lo que está estipulado en su contrato, que se entrega a su público, que lo respeta, lo apapacha y va hacia la silla del espectador. Y bien por el público que aprecia el estilo del cantante, que observa su pasión por cantar y que valora la entrega del artista. Hay huecos que dejaron los grandes artistas, ya idos, y que esperan ser cubiertos por los artistas de las nuevas generaciones. Al final de cuentas, el público, la gente es quien hace, es quien fabrica sus artistas y sus ídolos populares.
“Nomás no se vayan a ir”. Y nos quedamos hasta la una de la mañana.