POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO)
En el Estado de Zacatecas en México tenemos a uno que se convirtió en héroe: Ventura Salazar Ramírez.
Una calle que estaba a un lado de la antigua Central Camionera de Zacatecas llevaba su nombre. El edificio de la central desapareció para dar paso a la Plaza Bicentenario, a principios de este siglo XXI.
Ventura Salazar Ramírez nació en Nochistlán, Zacatecas en 1878, hace 145 años, poco tiempo después de su nacimiento, sus padres se trasladaron a vivir a Aguascalientes.
Siendo aún muy joven, entró a trabajar en los ferrocarriles, cuando estos estaban aún en manos de los Norteamericanos, para los años 20 ya era maquinista de trenes de la División Centro y llegó a distinguirse como uno de los mejores.
El 17 de marzo de 1946, quedaría marcado en los rieles del kilómetro 703 en Zacatecas, la hazaña de un ferrocarrilero ejemplar, al morir en un accidente que no pudo evitar y que sin embargo salvó muchas vidas que en esos momentos no imaginaban que estaban presenciando la inmortalidad de un héroe llamado Ventura Salazar Ramírez.
El arrojado maquinista fue herido de muerte por la palanca de vapor concentrado de la locomotora que conducía.
En Aguascalientes, el arribó del cadáver del famoso maquinista Ventura Salazar, constituyó un acto general de duelo, de luto y admiración hacia el héroe que con su muerte logró salvar muchas vidas del Tren N° 8 de pasajeros y aún la de su fogonero y querido compañero, don Alberto Acosta, que después, con lágrimas en los ojos llegaría a narrar cómo fue el alcance:
“…cuando en los brevísimos instantes en que de pronto se apareció, al salir de la curva, el último vagón del tren número 8 –el pullman- y cuya terraza de observación se acercaba dramáticamente con cada metro que ellos recorrían a bordo de la Máquina No. 1431 y amenazaba el alcance tremendo de las moles de hierro.
– ¡Salta! Le dijo Don Ventura,
– ¡No! Le contestó Alberto Acosta, mientras aplicaba desesperadamente las maniobras de frenaje
– ¡SALTA! Le increpa nuevamente Don Ventura y…
– ¡NO, ME QUEDO CONTIGO!, respondió Don Alberto con firmeza. En el instante en que volteó la cabeza para maniobrar los instrumentos, sintió dos manos tremendas de fuerza increíble que lo arrojaron fuera de la locomotora.
Fue a caer sobre un nopal y no sintiendo ni las espinas, ni golpes de dolor, ni nada. Su atención la dominaban por entero las fantasmagóricas y gigantescas moles de los vagones de carga de su tren, que como exhalación pasaban descolgándose terriblemente por la pendiente de las curvas zacatecanas, al alcance del carro pullman que parecía demasiado lento en comparación de distancias entre el estruendo de patinar de llantas del frenaje brutal y después… ¡Nada!
Momentos de angustioso silencio hasta que él mismo se vio ante el bullir y arremolinarse de los pasajeros sanos y salvos; como imán hipnótico los jalaba la dramática escena de la locomotora incrustada apenas en el observatorio del carro pullman, sobre la caseta de la locomotora como acordeón presionaba el tanque de agua y aceite que empujado por la carga habíanse recorrido hacia el tablero de la locomotora su brutal y enorme mole y, entre ellos, el cuerpo grandioso del héroe indiscutible de la tragedia: don Ventura Salazar Ramírez, quien seguía aferrado a la manivela de frenaje y aparecía como dormido en estrecho abrazo de su Negra Querida. Su locomotora adorada en la que estaba haciendo su último viaje”.
Los pasajeros del tren salvaron sus vidas con este acto heroico de Don Ventura Salazar y por ello, en reconocimiento a su sacrificio, tanto en Zacatecas como en Aguascalientes existe una calle con su nombre, grabando así su memoria para siempre.
Museo Ferrocarrilero de Aguascalientes.
Periódico el Sol Del Centro, artículo “Honraron la Memoria de Tres Héroes del Trabajo”,
La sección Dos: Descubrió una placa de Bronce, Recordando sus Hechos.
Los Pioneros del Terruño.
Amigos del Ferrocarril de Aguascalientes, A.C.