POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Pues, señor, érase una joven y bellísima princesa india llamada Retna Dumila (Joya Radiante) a la que muchos príncipes y nobles pretendían como esposa . Pretendientes sujetos a una exigencia de la princesa que ,para dar su consentimiento de boda, exigía un regalo que nadie conociera en el mundo.
Entre esos aspirantes figuraba el príncipe Batara Gurú que se aventuró a viajar de un lado a otro en busca de un algo muy sorprendente. Como era muy guapo y muy apuesto tuvo «sus ligues y amoríos» en el camino (hasta una diosa se enamoró de él) y cuando, tras largos años, llegó al palacio de su amada para entregarle el regalo…la encontró muerta.
Fue , arrepentido, a llorar ante su tumba y en su dolor observó que con el riego de sus lágrimas nacía una planta desconocida para él y oyó una voz que le decía : «Esta plana que nace del ombligo de Retna Dumila se llamará PADI y será de gran alimento para la humanidad. Cúidala y difunde su cultivo por el mundo»:
Esa planta es la que hoy llamamos ARROZ.
Y así fue y así es.
Y si esto se cuenta como leyenda , permítanme ahora que les explique «un cuentu que ye verdá».-
Ya les he comentado en otras ocasiones que la Iglesia católica , desde tiempos antiguos, obligaba a la abstinencia de carnes todos los viernes del año y , por vía de suplementación, también los sábados.
Esto para las gentes del campo , que necesitaban una alimentación calórica y fuerte, era un claro sacrificio . Con el fin de aliviar esta penitencia el entonces Arzobispo de Granada don Pedro Guerrero (1501-1576) , gran teólogo y eminente participante en el Concilio de Trento , convocó en la Diócesis de Granada , en 1565 , un Concilio Provincial cuyas conclusiones fueron aprobadas en un Sínodo Diocesano en 1572.
Entre ellas se autorizaba el uso -no el consumo – de ciertas partes de animales que se despreciaban (huesos descarnados, pellejos, vísceras…)para ser utilizadas como condimento en las comidas de los SÁBADOS.
Así nacieron , por ejemplo, los CHORIZOS SABADIEGOS o SABANDEÑOS , hoy tan afamados en Noreña (Asturias)
Con la llegada del pimiento a España , consecuencia del Descubrimiento de América por Colón, y adquirida la técnica de su secado y molienda para fabricar el «PIMENTÖN» , la calidad de los sabadiegos y de otros embutidos análogos como la ANDROLLA o el BOTILLO adquirieron la categoría de manjares.
Se dice, se cuenta…que el BOTILLO fue invención de los monasterios leoneses de EL BIERZO cuyas fórmulas de preparación trasvasaron a sus «hermanos» monjes de Obona , en Tineo, y de Corias (en Cangas del Narcea).
Bien es verdad que por el aquel de la tolerancia , lo que en su día fueron ¨huesos descarnados» el tiempo y la «vista girda»se encargaron de que fuesen bien acompañados de su carne.
¿Y qué huesos se usan para el botillo?
Normalmente se trata de costillares, espinazo y rabadal de cerdo adobados con ajo , sal y pimenton , un ligero toque de vino blanco , y enbutidos en trozos de intestino grueso de cerdo. Se secan al oreo y al humo.
Hace una semana les comenté la historia , hechos y dichos, del RESTAURANTE «LA CASERA» , establecimiento hostelero situado en SOTO DE LA BARCA (Tineo) , regentado por MANUEL ÁNGEL y con BELÉN al frente de los fogones.
Y aquí viene mi sorpresa, amigos seguidores de mis «Histories…» .Ese comentario en este momento (12 h, 5 min de hoy 8 de noviembre de 2023) supera las ¡¡ 30 000 !! personas alcanzadas.
Dato que viene a demostrar cuánto y mucho quieren las gentes a ese establecimiento tinetense y cuánto y mucho valoran el trata afable que demuestran con sus clientes.
¿Saben una cosa?
Pues resulta que hablando del ARROZ y del BOTILLO tal parece que ambos ingredientes «buscaron xunteta» (así decía un paisano de mi pueblo a los noviazgos) en LA CASERA , bajo la cuidadosa experiencia de Belén.
He aquí su receta de ARROZ CON HUESOS DE BOTILLO.
.- Compren un botillo de máxima calidad (en CASA PRUDO aconsejamos los de LA ALDEA) ; cuézanlo en agua , reservando unos 12 huesos cocidos y el caldo de cocción.
.- En una cazuela o en paella preparen un sofrito a modo de pisto con una cebolla, ajo, pimiento rojo y verde. Cuando esté bien pochado incorporen 2 o 3 churadas grandes de tomate frito casero (no de conserva) y mezclen todo muy bien.
.- Agreguen el arroz (el que ustedes gusten) y rehoguen con el pisto durante unos 4-5 minutos.
.- Inmediatamente sumen un caldo (tres partes de caldo por una de arroz) constituido por agua y caldo de cocción del botillo.
.- Cuezan inicialmente a fuego fuerte durante unos 5 min y después a fuego moderado durante unos 10 minutos más. A media cocción agreguen los huesos de botillo y , si procede, rectifiquen de sal.
.- Ya en su punto de cocción, retiren la cazuela y , tapada con un paño, dejen reposar durante 5 minutos.
Y yo, en Colunga (tengo por norma de conducta no admitir invitaciones) , voy a disfrutar con «unes lentejines bien guisadines con choricín, jamonín y unes patatines». Escribo en diminutivo porque me resulta muy cariñoso.