POR ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA.
Esta semana me publica #NuevaAlcarria un comentario detallado del libro que acaba de aparecer, escrito por mi buen amigo Julio Martínez García, titulado «Guadalajara, tierra de leyendas». Un magnífico y nuevo aporte de sabidurías sobre nuestra tierra, que vuelve a ser analizada a modo:
ARTÍCULO:
Ayer jueves se presentaba, en el Café Metrópolis de la plaza del Concejo, frente a San Gil, un libro en el que, entre un centenar de leyendas, se recuerda la que ocurrió hace años frente al arco de San Gil. Este libro constituye una valiosa aportación al estudio y conocimiento de nuestras raíces, aquellas que en forma de leyendas van revocando los muros de nuestro edificio antiguo y común, la provincia de Guadalajara. El autor, Julio Martínez García, gran amigo, ha trabajado a modo con este proyecto, que ahora cuaja espléndido, nos entretiene e ilustra.
En el contexto de las crónicas que como argamasa rinden cuerpo y levantan solemnidad a nuestra tierra, las leyendas –a medias entre lo histórico y lo legendario– son elementos sustanciales, que no se pueden tomar nunca por fundamentos pero sí cumplen su utilidad de afianzar la identidad de la gente y los espacios en que vive.
Leyendo lo que ha escrito y publicado el periodista Julio Martínez García, me he sentido envuelto por ese mar sonoro de los cuentos, los redichos y las consejas: todas ellas contadas por viejos y viejas, por profesores y analistas de lo antiguo, por memorias como soñadas.
Y así me han ido apareciendo las inquietantes apariciones de la Virgen María sobre árboles frondosos, en cuevas profundas, en los recovecos de las cortezas. Así he rememorado lo que me contaron de la aparición de la Virgen en el Barranco de la Hoz, sobre el río Gallo, allá por Corduente y Molina. Lo he hecho también de la portentosa invención de la Virgen de la Salceda, en los dislates calizos de la Alcarria entre Peñalver y Tendilla. O del tierno aparecer de la Virgen de la Granja en las orillas tranquilas del Henares por Yunquera. Esas “apariciones” de vírgenes, de tallas en madera o piedra, en marfil y metal, de María madre, por los recónditos parajes que en los siglos de la Edad Media trasponían los pastores, son expresión de la necesidad humana de encontrar una referencia de la deidad, de algo maravilloso, en el entorno en que viven. Del objetivo, también, de la Iglesia Católica, de dejar señalado el territorio con referencias nítidas a la divinidad, a sus símbolos de influencia. Distintas todas (El Madroñal de Auñón, los Enebrales de Tamajón, el Pinar de Barbatona…) tienen de común la emoción, el resplandor sobre la sencillez, la perenne memoria alimentada en novenas, ritos, procesiones y romerías. Martínez García analiza el conjunto y saca unas interesantes conclusiones.
Lo mismo hace con otros capítulos, como por ejemplo el de la presencia demoniaca en nuestras tierras. ¿Existe el Demonio? Por ahí ha de empezarse. Pero el autor refiere sucesos acaecidos y documentados en Valdehita (término de Brihuega), las marcas de Auñón, el duende de Mondéjar y otros muchos, y a uno le queda la duda. Que es más folclórica que real, pero que se añade a los sucesos que narran de apariciones fantasmales por Sigüenza (Torre de doña Blanca) y Riba de Santiuste (el castillo en lo alto) o las apariciones de objetos voladores no identificados por los Pantanos de Entrepeñas y Buendía, por Mohernando y Pastrana, y aún por lo que ocurrió (y muchos vieron) en las Ferias de Guadalajara en 1974.
La base de este sustrato legendario está, sin duda, en los relatos sobre “moros y cristianos”, amores de unos con otras, apariciones y conversiones, tesoros ocultos y maldiciones cumplidas. A todo le encuentra el periodista Julio Martínez su razón sensata, su explicación científica. Pero no luchan una contra otra, sino que se complementan. Y por eso considera el autor, como yo lo hago, que tanta historia y tanta leyenda, –que en Guadalajara es tapiz de densas dimensiones–, debe ser conocida, valorada y transmitida, porque en definitiva es de nuestra propia vida y memoria de lo que estamos hablando. Si se pierde, nos caemos al vacío.
El libro
Este libro que estudia las leyendas de la provincia de Guadalajara es simplemente fascinante. La forma en que las leyendas están sistematizadas y clasificadas por temas hace que sea una lectura muy organizada y fácil de seguir. Además, el contenido en sí es sumamente interesante, ya que abarca una amplia gama de historias que van desde el paso del Cid por Atienza hasta las luchas entre musulmanes y cristianos, pasando por apariciones de la Virgen, procesos a brujas en Pareja y la existencia de fantasmas en lugares como Atienza, Riba de Santiuste y Sigüenza.
Este libro ofrece, a lo largo de sus diez capítulos, una variedad sugerente de temáticas en las que la noticia de su existencia viene a caballo de la historia (real) y la leyenda (asumida por imaginada).
Los principales aspectos de esa tradición oral que corre de boca en boca, y de generación en generación, por Guadalajara, son reflejados en los capítulos de la misma, que se fundamentan en estos temas:
1. Conceptualización de la propuesta
2. Los árabes, protagonistas
3. Otras leyendas históricas
4. Leyendas marianas
5. Fenómenos religiosos sobrenaturales
6. Historias de terror
7. La presencia del Diablo en Guadalajara
8. Fantasmas
9. Objetos voladores no identificado.
Por eso aparecen aquí las historias de los guerreros medievales, de las luchas de cristianos y musulmanes, de las apariciones de vírgenes, de lobos en noches de luna llena, de brujas en Pareja y El Casar, de objetos volantes no identificados, a los que ahora la NASA propone denominar Fenómenos Anómalos No Identificados (FANI), y de relatos en los que infancia y vetustez. Lo que realmente impacta de este libro es la profundidad con la que se abordan estas leyendas. El autor no solo presenta las historias, sino que también las contextualiza y explora sus implicaciones culturales e históricas. Esto proporciona una comprensión mucho más rica de las leyendas y su relevancia en la provincia de Guadalajara. Su forma de analizarlas permite a cualquiera que se sienta inmerso en cada una de las historias, como si estuviera allí mismo, presenciando los eventos y personajes legendarios.
El Autor
Julio Martínez García (Guadalajara, 1985), que ha dejado muchas horas colaborando en NUEVA ALCARRIA, es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y graduado en Historia por la de Salamanca, donde también ha realizado el máster en Estudios Latinoamericanos, en colaboración con la Universidad de la Sorbona de Paris. Asimismo, ha estudiado las maestrías «Historia de la Masonería en España» y “Periodismo Transmedia” en la UNED. Ha ejercido el periodismo en medios locales y regionales de Guadalajara y Castilla-La Mancha. También ha trabajado en la Agencia EFE (en su delegación de CDMX), en Wall Street International, en El Confidencial, en El Obrero y en empresas periodísticas mexicanas, en las que ha sido reportero de política, cultura y medioambiente. Ha sido fundador de la editorial Océano Atlántico, que trata temas españoles y mexicanos.