Tal y como lo cuenta el cronista, la playa está actualmente protegida de los vientos de levante por los espigones del puerto de Torrevieja. Una protección de la cual no se beneficiaba en los primeros años del siglo XX, cuando todavía no habían comenzado las obras del puerto. Un dato clave para entender los numerosos acontecimientos contados a continuación, ya que, al carecer de esta protección, muchas embarcaciones que se cruzaban con temporales acababan varadas en su costa cuando las anclas garreaban y eran liberadas cuando había fuertes temporales de viento de levante.
Una serie de situaciones que terminaba varias veces en un final trágico, ya que aquellos barcos de madera y de vela acababan destrozados en su orilla. «De ahí que se conozca como Playa de los Náufragos». Pero, ¿De cuántos naufragios estamos hablando?
En total, y según los registros que se han hecho a lo largo de los años, en esta playa han naufragado oficialmente 22 embarcaciones. El primer registro de naufragio en esta playa remonta al 23 de abril de 1856, cuando se publicó en la prensa un anuncio que hacía referencia al naufragio en Torrevieja de la fragata inglesa ‘British Queen’, cuyos restos fueron encontrados en las orillas de esta playa.
Tres décadas después, a mediados de noviembre de 1884, se perdió cerca de la playa de Ferris la corbeta noruega ‘Soon’, salvándose la tripulación. Años más tarde, en 1887, el Ayudante de Marina del distrito de Torrevieja y los tripulantes de las dos falúas de la villa, fueron recompensados con la ‘Cruz Roja del Mérito Naval’ por los auxilios prestados a los náufragos de esta embarcación.
Ya en el siglo XX, a la una y media de la tarde del 10 de febrero de 1919 naufragó, frente a la playa de Ferris, el pailebote inglés «Minnie G. Parsons», con cargamento de sal a bordo, con destino al puerto de Santos (Brasil). De su tripulación, formada por siete hombres, incluido el capitán, se salvaron seis, muriendo ahogado el contramaestre Rasmunen, de nacionalidad danesa y de alguna edad, al no tener fuerzas suficientes para hasta la orilla, desapareciendo entre las olas.
Otro naufragio popular y el que se ha registrado más recientemente, es el del buque ‘París City’. Según cuenta el cronista, el viento de levante fue el causante del incidente que sufrió esta embarcación el 24 de abril de 1951. Construido en 1941, tenía matrícula de Bideford (Inglaterra) y que llegó a la rada de Torrevieja para cargar sal.
Estando fondeado a la espera de la orden de carga embarrancó frente a la playa de Ferrís, al no resistir las anclas, fueron garreando por la fuerza del viento de un temporal de Levante. «Fue todo un espectáculo el aspecto desolador que dio durante semanas con la impresión de ser todavía mayor la desgracia de lo que en realidad fue», relata el cronista. De este modo, durante los meses que se quedó la embarcación estancada, muchos fueron los curiosos que se acercaban «con cara de asombro». El 4 de noviembre, después de varios intentos, dos potentes de remolcadores, el «Hércules» y el «Heracles», el primero con base en Gibraltar y el segundo de bandera sueca, consiguieron ponerlo a flote tirándole con cables y cabos muy gruesos desde larga distancia en la mar adentro, siendo después remolcado a Gibraltar para realizarle las oportunas reparaciones.
Así, el cronista de Torrevieja asegura que, debido al gran número de perdidas de buques y vidas de personas, esta playa pasó a nombrarse «Playa de los Náufragos». Unas tragedias que disminuyeron en el tiempo, «con la dotación dos naves auxiliares de la Asociación de Salvamento de Náufragos, con la construcción de los brazos de Levante y Poniente del puerto de Torrevieja y con la edificación a pie de dicha playa de una caseta de salvamento dotada con un cañón lanzacabos» Una caseta transformada años más tarde en un puesto de socorrismo de la Cruz Roja del Mar y cuyos servicios se ofrecieron hasta de la década de los años noventa del pasado siglo XX.