ENTREVISTA A JOSÉ LUIS CHICHARRO CHAMORRO, CRONISTA OFICIAL DE BAEZA (JAÉN).
Trece años han pasado desde que el doctor en Historia, profesor jubilado y exdirector del Museo de Jaén, José Luis Chicharro Chamorro, fue creado consejero electo del Instituto de Estudios Giennenses. Hoy mismo, en el paraninfo de la antigua Universidad baezana, el también cronista oficial de la ciudad machadiana adquiere la condición de pleno derecho en la ensolerada institución con la lectura de su discurso de ingreso, que reivindica a un paisano ilustre.
—El poeta José Hierro se fue de este mundo sin ocupar su sillón de la RAE con todas las de la Ley, señor Chicharro, por aquello de ir dejando e ir dejando el discurso de ingreso para un momento propicio. Usted no ha llegado a tanto, pero trece años son trece años…
—Es que un discurso requiere el mejor y el mayor rigor, un tema adecuado… Muchas veces estamos de una cosa a otra y va pasando el tiempo, pero no ha sido por ir dejándolo, sino por el tiempo preciso para poder dedicárselo. No he querido hacer una cosa de compromiso, sino una verdadera aportación. Si no, a mi manera de entender, no sería un verdadero discurso.
—Aprovecha usted para hacer patria en el IEG con su intervención, al poner el foco sobre un personaje como Isidoro Bosarte, ¿verdad?
—Hago patria chica y grande también, para Jaén, no solo para Baeza. Isidoro Bosarte es uno de los primeros historiadores del arte de España y no se le ha dado el sitio que debía tener en nuestra provincia. Pero, además, con este discurso cumplo varias cosas.
—¿A qué se refiere?
—Yo, como él, también soy académico (correspondiente) de la Real Academia de la Historia; también fue el único que estuvo en las dos comisiones que se crearon en la Academia para redactar la primera normativa de protección del patrimonio histórico artístico, y yo he sido miembro tanto de la Comisión Andaluza de Museos como vocal de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico en Jaén. Además era baezano, historiador del arte…
—Vamos, que los separan dos siglos largos pero que ambos tienen muchas cosas en común.
—Exactamente, esa es la idea.
—Un gran desconocido Isidoro Bosarte, por cierto.
—No se sabía ni cuándo había nacido, y ahora todo eso queda documentado. He localizado no solo su partida de bautismo, sino también las de todos sus hermanos; el documento de casamiento de sus padres, la casa donde vivía… Ha sido un trabajo de archivo que complementa la visión de este personaje, del que solo se sabían algunas cosas que habían apuntado Caballero Venzalá o Pedro Galera, entre otros. Al final se puede decir que el discurso es, realmente, una pequeña monografía, con aportación sustancial del tema biográfico y de su obra.
—Ahondar en el estudio de un personaje poco tratado invita a veces a reivindicarlo, y otras a dejarlo donde estaba. En este caso, ¿adentrarse tan profundamente en su vida y obra ha reafirmado la buena opinión que tenía usted de él?
—Sí. Yo creo que más que de forma intencionada, ese olvido se debe a un desconocimiento institucional, porque no se le ha dado su lugar en ningún sitio. Espero que a partir del discurso, tanto en Baeza como en Jaén, esto cambie.
—Y según usted, tiene méritos sobrados.
—Es uno de los primeros historiadores del arte, fue secretario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1792 hasta que muere, en 1807, y desde ahí desplegó una cantidad de actividades impresionante, pero no se le ha valorado. Incluso sustituyó a Antonio Ponz en la redacción de El viage de España, para continuarlo. Tenía preparados dos tomos, aunque solo llegó a publicar uno, en 1804, dedicado a Valladolid, Segovia y Burgos. Murió y ya no pudo continuar.
—¿Fue también ‘embajador’ de su patria chica, de Baeza? ¿Trató algún aspecto de la ciudad en su obra?
—Precisamente en el discurso publico algo que estaba inédito hasta ahora, porque me extrañaba que mirando en sus escritos no se refiriese a su tierra. Pero en el Diario de Madrid de agosto de 1787 me encontré con varias entregas en las que trata sobre el Hospital de Santiago de Úbeda y las obras que se estaban haciendo en Baeza, como una pequeña guía. En un anexo del discurso va todo eso, es muy interesante.
—Y Baeza, ¿ha tenido algún detalle con tan insigne ilustrado?
—Hasta ahora no, pero ya lo he planteado y creo que en un plazo no muy lejano el Ayuntamiento tiene la intención de colocar una placa en el lugar en que nació, en el Paseo, en el portal de Mercaderes. Hasta en el Catastro de Ensenada aparece la descripción de la casa familiar.
—Le dejo, que le toca subirse al atril, pero no sin preguntarle qué se siente justo antes de convertirse en miembro de pleno derecho de una institución como el Instituto de Estudios Giennenses.
—Hombre, para mí es una gran alegría entrar ya de pleno derecho (de número, como se decía antiguamente) en una institución académica del nivel del IEG, con las aportaciones que ha hecho a lo largo de estos setenta años, con esos fondos bibliográficos. Una gran alegría, sí. Yo lo que haré será intentar aportar lo que pueda. Pertenecer a él es una satisfacción grande, para cualquier jiennense.
—Cronista oficial de Baeza, académico correspondiente de la Real de la Historia y, ahora sí, numerario de la entidad que agrupa a los sabios del Santo Reino. Con el cargo de cronista oficial de la provincia vacante desde 2016, ¿no ha pensado postularse para suceder a Almendros Aguilar, a Cazabán, a González López…?
—No, no, yo ya estoy arreglado con los cargos que tengo, he llegado al techo, como decía aquel. No pretendo más nombramientos, estoy contento y conforme. En realidad no he buscado ninguno de los que tengo, pero estoy muy honrado con ellos. Cualquier nombramiento conlleva un compromiso, tienes el honor pero también cumplir con el trabajo que implica. Estoy muy satisfecho, no pretendo más cargos.
FUENTE: https://lacontradejaen.com/entrevista-jose-luis-chicharro-ieg-jaen/