POR AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIELAGOS (MADRID)
«Christi nomine invocato. Fallamos atentos los autos y meritos del dicho proceso que si el rigor del derecho hubiéramos de seguir, la debiéramos condenar en mucha y muy grandes penas, más queriéndolas moderar con equidad y misericordia por algunas causas y justos respetos que… nos mueven en penitencia de lo por ella hecho acometido, la debemos condenar y condenamos a que en la sala de esta audiencia abjure de Levi, que sea gravemente reprendida y advertida, habiéndosele leído sentencia con meritos. Y por esta misma sentencia definitiva, juzgando así lo pronunciamos y mandamos en estos escritos…»
«… Dada y pronunciada fue la sentencia por los señores inquisidores que en ella firmaron sus nombres, un miércoles diecinueve de diciembre de mil seiscientos cuarenta, estando en la sala presente la tal María de Espolea… «
Mañana hará 383 años del día que fue leída la sentencia por brujería contra la valdepielagueña María de Espolea, la pastora.
Se la condenó a la pena más baja, la abjuración de Levi, que consistía en reconocer la culpa, con el consiguiente arrepentimiento por parte de la acusada.
Y esto es parte de la historia de Valdepiélagos que bien merece no ser olvidada. Y que quizás para ello tengamos a bien sea representada en un auto corto algún día…