POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
Habita en estos días la ilusión por la espera anunciada, desbordados por un manojo de nervios en busca de la noche mágica que cae sobre nosotros. La imagen es hoy un retrato en blanco y negro de aquellas cabalgatas que fueron en otros tiempos. Ahora, años después, todo desprende melancolía al contemplar en un puñado de caramelos aquellas tardes del cinco de enero inundadas por los sentimientos de un tiempo dulce y agradecido.
No hace mucho me preguntaron cuándo comenzaron a celebrarse la Cabalgata de Reyes en Montijo. Según mis datos se iniciaron en los años cincuenta del siglo pasado, impulsadas desde el entonces Frente de Juventudes y Sección Femenina, junto con los franciscanos del Convento de San Antonio y la colaboración de la familia Thomas. Después lo hizo la OJE y desde los años ochenta el Ayuntamiento. El reparto de juguetes comenzó con la OJE y en estos tiempos lo hace Cruz Roja y el Club Rotary Vegas Bajas. No olvido la labor de la Conferencia de San Vicente de Paúl y posteriormente Cáritas que ayudan a las personas más necesitadas en las fiestas navideñas. Aunque Cáritas tiene abierta sus puertas durante todo el año.
Se dice que la noche del 5 de enero es la de la ilusión de los niños. ¿Y qué decir de la de los padres? Son ilusiones cruzadas que hacen llevarnos a una noche de nervios, de apenas dormirse y de un alegre madrugar. Todo está preparado. La espera se acorta.
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