POR GABRIEL SEGURA HERRERO, CRONISTA OFICIAL DE ELDA (ALICANTE).
Sin lugar a dudas, la Fiesta de los Moros y Cristianos es una de las grandes fiestas del Levante peninsular. Repartida y con presencia en muchas provincias de la geografía española. Desde Cataluña y Galicia, pasando por Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Euskadi, Aragón, Murcia, Comunidad Valenciana, e incluso las Islas Baleares y Canarias, encontramos más de 215 localidades que celebran esta fiesta.
Aunque son el sur de la provincia de Valencia y toda la provincia de Alicante, la zona geográfica que concentra el 54% de las poblaciones con fiestas de Moros y Cristianos en España. Fiesta que traspasa el Océano y allende de los mares la encontramos instalada en México (como ejemplo, las Morismas de Bracho) y Perú, e incluso en Filipinas.
La extensión geográfica que dota a la Fiesta de unas características y desarrollos muy diferentes según donde se celebren. En general, en los Moros y Cristianos, situados en el contexto espacial de la España medieval en los últimos tiempos de la conquista feudal de Al-Andalus (S XIII), se
rememora el enfrentamiento entre el bando “moro” (andalusíes) y “cristiano” (de forma genérica, sin especificar si castellanos, leoneses, aragoneses o catalanes).
El origen de la celebración de esta fiesta la podemos remontar documentalmente en algunas ciudades a finales del siglo XV, aunque de manera esporádica con determinados acontecimientos singulares, y va evolucionando a la largo de los siglos XVI, XVII y XVIII de la mano de la antigua soldadesca y milicias del reino, hasta llegar al siglo XIX, cuando tras la guerra de la Independencia se inicie el proceso transformador que la ha configurado hasta nuestros días como una fiesta tremendamente popular y de celebración anual.
Como ya se ha comentado las diferencias entre unas fiestas y otras son evidentes. La fiesta de Moros y Cristianos no se concibe de igual manera en todos los lugares donde se desarrolla, presentando grandes diferencias, sobre todo en los actos que se llevan a cabo. Aunque vienen a representar y teatralizar la victoria cristiana sobre el bando moro; de la Cruz sobre la Media Luna; de la cultura judeocristiana sobre el Islam. Representación antropológica que, más allá de antiguos y caducos postulados religiosos, ejemplifica de forma simple la eterna lucha maniqueísta entre el Bien y el Mal.
En el caso del modelo valenciano, la Fiesta posee una estructura particular y característica totalmente diferente a la que se desarrolla en otros lugares de España.
Las localidades alicantinas y valencianas con Moros y Cristianos, y por simpatía las de las zonas limítrofes de Murcia
y Castilla-La Mancha, han organizado la agenda social y festiva en torno a la Fiesta. Poseen un amplio calendario festero, cargado de actos vinculados a la propia Fiesta, que abarca todo el año: actos previos, la propia Fiesta organizada por la denominada Trilogía Festera y actos posteriores. Trilogía constituida por un elemento militar (arcabucería, pólvora, pregón, entradas militares, dianas, retretas, banderas, cargos militares, etc); una fiesta religiosa (procesiones, actos religiosos, etc.) desarrollada bajo el patronazgo divino de santos y vírgenes; y, el componente teatral, caso de guerrillas, embajadas, conversiones, desembarcos, etc. Será este último elemento el que introduzca el componente de recreación histórica.
La organización de los festeros y de la gestión de la propia Fiesta también es diferente en el modelo valenciano. Las comparsas, filaes, filas, escuadras, etc., como elementos organizativos de diferente rango, tienen su propia idiosincrasia, forma de gobierno, banderas, trajes y colores distintivos, al tiempo que diferenciadores.
Fiesta de la que no se puede disociar la pólvora y la música. Los grupos y bandas musicales acompañan en todos los actos, adecuando ritmos y piezas musicales. Las propias Fiestas motivaron una música adecuada (pasodobles, marchas moras y marcha cristianas), un ritmo propio para acompasar los desfiles, a partir del pasodoble. Las marchas son obras musicales que entran dentro de las composiciones definidas por el movimiento o por el ritmo. Las marchas regulan el paso de un cierto número de personas. Los pasodobles son marchas ligeras, adoptadas como paso reglamentario de la infantería, con una característica especial que hace que la tropa pueda llevar el paso ordinario de desfile (Vidal y Vidal, 2023).
Como ya han escrito algunos investigadores, “se trata de una fiesta que podríamos calificar de moderna porque nace en un contexto social de cambio en el que una nueva burguesía industrial se convierte en la motora de la sociedad que tiende hacia un modelo liberal y participativo. Además es una secuencia festiva con una dramatización que se descompone en diversos actos, de manera que el simulacro o la soldadesca de épocas anteriores se convierte en tres días, al menos, de continuados actos festivos” (Alcaraz Santonja, 2006).
Los Moros y Cristianos son una fiesta multitudinaria, tremendamente populares, que cuentan con una altísima participación de hombres, mujeres y niños, de todas las edades. Fiesta que en aquellas ciudades y pueblos industriales de gran y mediano tamaño han acabado por convertirse en un elemento catalizador de la sociedad, constituyendo en válvula de escape de las tensiones sociales propias de toda comunidad. Como ha indicado algún sociólogo “la historia, la cultura y el jolgorio se apoderan de las calles”. Riqueza de maquillajes, de indumentaria, de atrezo y musical propia de las cinematográficas cortes califales de Damasco y Bagdad.
Fiesta que entroncan con ese orientalismo tan presente en nuestra cultura, de admiración por el esplendor del pasado andalusí y en las que la combinación de colorido, música, pólvora, luz mediterránea, junto al exotismo de los trajes, hacen que la Fiesta de Moros y Cristianos sea una verdadero y magnífico espectáculo de colores, de sensaciones, de olor a pólvora, de ruido de arcabuces que es disfrutado por miles y miles de personas, tanto participantes como visitantes, cada vez que una localidad celebra sus fiestas.
Historia, tradición, indumentaria, trabajo, esfuerzo, color, sensaciones, etc. han permitido que muchas de las fiestas
de Moros y Cristianos que se celebran en toda España cuenten con diferentes reconocimientos de interés turístico provincial, autonómico, nacional e internacional. Revista Carta Local. FEMP. Mes de Diciembre de 2023.
FUENTE: http://www.cartalocal.es/files/842-395-fichero/Carta%20Local%20n%C2%BA%20374,%20diciembre%202023.pdf