POR MARTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE GETAFE (MADRID)
Esta tarde, he impartido una conferencia sobre «La Catedral de Getafe y sus retablos» en la «Sala de Conferencias, Ángel del Río, del Centro de Cultura del Teatro Federico García Lorca, en la calle Ramón y Cajal, 22, de Getafe.
La Sala se encontraba totalmente llena y las personas asistentes mostraron mucho interés por lo que iba exponiendo, que en muchos casos incorporé documentos y relatos totalmente inéditos.
La Iglesia Catedral Santa María Magdalena comenzó a construirse en 1549, sobre el solar que ocupaba una pequeña iglesia de estilo mudéjar, posiblemente del siglo XIV. Aquella primitiva iglesia se conserva su torre. Al aumentar la población de Getafe y quedar pequeña la iglesia mudéjar, se decidió derribarla para construir otra de mayor tamaño.
Alonso de Covarrubias, acreditado arquitecto de la época, diseñó el nuevo templo, por encargo del cardenal don Juan Martínez Silicio, arzobispo de Toledo, jurisdicción eclesiástica a la que pertenecía a Getafe. La obra fue adjudicada al maestro de obras Juan Francés, tras ser aceptada su oferta de 2.800 ducados de oro, en la subasta pública celebrada el 5 de febrero de 1549. Juan francés tuvo que depositar las correspondientes fianzas, además de pagar a Alonso de Covarrubias, por la ejecución de las trazas de la nueva iglesia, ocho ducados de oro, equivalentes a tres mil maravedíes. La Iglesia también debería pagar a Alonso de Covarrubias otros 8 ducados de oro por el mismo concepto.
El 1 de octubre de 1560, tras el fallecimiento de Juan francés, el constructor, Juan Sanz del Pozo continuó las obras.
En abril de 1618, y cuando habían transcurrido dos años desde que se terminaron las bóvedas, es decir 69 años después del comienzo, el arquitecto de la Corte, Juan Gómez de Mora, realizó un informe sobre el mal estado en que se encontraba la Iglesia: entre otras consideraciones, hace constar que las armaduras de los tejados están desencajadas, las paredes desplomadas, y la unión de la fábrica vieja con la nueva mal ejecutada y en estado de ruina. Añade que debe derribarse todo, excepto las torres, la capilla Mayor y el crucero.
Las condiciones en que habían de construirse el cuerpo de la Iglesia, la portada y las torres fueron redactadas por Gómez de Mora en abril de 1622. Las las obras proyectadas por Gómez de Mora fueron adjudicadas al maestro arquitecto Bartolomé de Barreda por 25.500 ducados, y el plazo de ejecución se estableció en nueve años.
El 5 de diciembre de 1632, se produjo el derrumbamiento parcial de la Iglesia y, como consecuencia del mismo, fallecieron ocho personas, siete de las cuales eran mujeres. Bartolomé de barrera y su socio Francisco del Río fueron condenados el 15 de febrero de 1634, por el Consejo Real a terminar la obra con toda perfección y firmeza, en un plazo de dos años y a su costa. Bartolomé de Barrera, como consecuencia del derrumbamiento estuvo en prisión.
Juan Ruiz maestro de obras y vecino de Madrid realizó las trazas y condiciones para construir la nueva sacristía, estas fueron aprobadas por el Consejo de Toledo el 14 de junio de 1667. La obra fue adjudicada a Francisco Moreno, maestro de obras y vecino de Getafe por el precio de 39.800 reales. Santa María Magdalena quedó terminada en 1770.
El nueve de mayo de 1958 es declarada Monumento Histórico artístico, o lo que es lo mismo, que la tutela de este monumento queda bajo la protección del Estado, y finalmente, el 12 de octubre de 1991 tomaba posesión del primer obispo de Getafe, con lo que la Iglesia Santa María Magdalena se había convertido en Catedral. Fue el 23 de julio Getafe 24 de enero de 2024.
Esta tarde, he impartido una conferencia sobre «La Catedral de Getafe y sus retablos» en la «Sala de Conferencias, Ángel del Río, del Centro de Cultura del Teatro Federico García Lorca, en la calle Ramón y Cajal, 22, de Getafe.
La Sala se encontraba totalmente llena y las personas asistentes mostraron mucho interés por lo que iba exponiendo, que en muchos casos incorporé documentos y relatos totalmente inéditos.
La Iglesia Catedral Santa María Magdalena comenzó a construirse en 1549, sobre el solar que ocupaba una pequeña iglesia de estilo mudéjar, posiblemente del siglo XIV. Aquella primitiva iglesia se conserva su torre. Al aumentar la población de Getafe y quedar pequeña la iglesia mudéjar, se decidió derribarla para construir otra de mayor tamaño.
Alonso de Covarrubias, acreditado arquitecto de la época, diseñó el nuevo templo, por encargo del cardenal don Juan Martínez Silicio, arzobispo de Toledo, jurisdicción eclesiástica a la que pertenecía a Getafe. La obra fue adjudicada al maestro de obras Juan Francés, tras ser aceptada su oferta de 2.800 ducados de oro, en la subasta pública celebrada el 5 de febrero de 1549. Juan francés tuvo que depositar las correspondientes fianzas, además de pagar a Alonso de Covarrubias, por la ejecución de las trazas de la nueva iglesia, ocho ducados de oro, equivalentes a tres mil maravedíes. La Iglesia también debería pagar a Alonso de Covarrubias otros 8 ducados de oros por el mismo concepto.
El 1 de octubre de 1560, tras el fallecimiento de Juan francés, el constructor, Juan Sanz del Pozo continuó las obras.
En abril de 1618, y cuando habían transcurrido dos años desde que se terminaron las bóvedas, el arquitecto de la Corte, Juan Gómez de Mora, realizó un informe sobre el mal estado en que se encontraba la Iglesia: entre otras consideraciones, hace constar que las armaduras de los tejados están desencajadas, las paredes desplomadas, y la unión de la fábrica vieja con la nueva mal ejecutada y en estado de ruina. Añade que debe derribarse todo, excepto las torres, la capilla Mayor y el crucero.
Las condiciones en que habían de construirse el cuerpo de la Iglesia la portada y las torres fueron redactadas por Gómez de mora en abril de 1622. Las las obras proyectadas por Gómez de mora fueron adjudicadas al maestro arquitecto Bartolomé de Barreda por 25.500 ducados, y el plazo de ejecución se estableció en nueve años.
El 5 de diciembre de 1632, se produjo el derrumbamiento parcial de la Iglesia y, como consecuencia del mismo, fallecieron ocho personas, siete de las cuales eran mujeres. Bartolomé de barrera y su socio Francisco del Río fueron condenados el 15 de febrero de 1634, por el Consejo Real a terminar la obra con toda perfección y firmeza, en un plazo de dos años y a su costa. Bartolomé de Barrera, como consecuencia del derrumbamiento estuvo en prisión.
Juan Ruiz maestro de obras y vecino de Madrid realizó las trazas y condiciones para construir la nueva sacristía estas fueron aprobadas por el Consejo de Toledo el 14 de junio de 1667. La obra fue adjudicada a Francisco Moreno maestro de obras y vecino de Getafe por el precio de 39.800 reales. Santa María Magdalena quedó terminada en 1770.
El nueve de mayo de 1958 es declarada Monumento Histórico artístico, o lo que es lo mismo, que la tutela de este monumento queda bajo la protección del Estado, y finalmente, el 12 de octubre de 1991 tomaba posesión del primer obispo de Getafe, con lo que la Iglesia Santa María Magdalena se había convertido en Catedral. Fue el 23 de julio cuando Su Santidad Juan Pablo II erigía canónicamente la Diócesis de Getafe denominadola (Xetafensis).
La iglesia de Santa María Magdalena hoy catedral, consta de una planta de salón. Diré que sus dimensiones interiores son de 42,50 metros de largo, excluido el ábside, por 24,30 m. de ancho y 19 de altura. Los muros de las fachadas, miden 1,50 m. de espesor. En la cara exterior de estos muros están adosados unos contrafuertes. Estos contrafuertes, coinciden con la alineación de las columnas y medias columnas del interior de la iglesia.
El templo está formado por tres naves: la principal, de 20,60 m. de ancho y las laterales, 6,80 m. de ancho cada una. La división de la nave principal con las naves laterales, se realiza con ocho columnas de gran tamaño, cuatro a cada lado, cuyas dimensiones son 1,90 m. de diámetro en el pedestal y de 1,70 m. de diámetro en el fuste. Todas las columnas están rematadas por capiteles de estilo dórico y entablamento cilíndrico que, junto con las bóvedas, son lo más original de este templo.
Cada nave tiene cuatro tramos (incluyendo el crucero). Los tramos de la nave central o principal son cuadrados, desiguales y los de las naves laterales, rectangulares. La Iglesia queda iluminada por ocho ventanas situadas en cada uno de los tramos laterales. Las columnas y los muros, con las semicolumnas adosadas, fueron diseñadas por Covarrubias siguiendo el orden dórico romano.
La altura de las tres naves es igual en toda la Iglesia. Juan Gómez de Mora cubrió los tres tramos de la nave principal con bóvedas vaídas y las naves laterales con bóvedas de medio cañón con lunetos.
Para finalizar diré que en su interior y cubriendo los cinco lados del ábside, se encuentra el retablo mayor, diseñado por Alonso Carbonell entre los años 1612 y 1618. Además de su importancia artística, tiene valor histórico por ser uno de los pocos que se conservan en la Comunidad de Madrid correspondientes a la primera mitad del siglo XVII.
En 1611 se concertó la construcción del retablo con el arquitecto Alonso de Carbonell y en enero de 1612, Alonso Carbonell contrató el transporte de la madera que habría de utilizar para la construcción del retablo, procedente de Colmenar de Oreja. Alonso Carbonell y los escultores Antonio Herrera y Antón Morales junto con el ensamblador Miguel Tomás, se hicieron cargo del retablo; excepto el sagrario o tabernáculo que lo realizarían Luis Navarro y Juan Porres.
En mayo de 1639, José Leonardo, Félix Castelo y Angelo Nardi, se comprometieron a realizar dos pinturas cada uno de ellos, que deberían entregar el último día de mayo, por el precio de 600 reales cada pintura.
El retablo es de madera cromada y policromada, con una altura de 17,45 m. desde el suelo hasta la parte superior del ático y cubre los tres lados centrales del ábside.
Su fachada muestra un sistema casi ortogonal por entrecruzamiento de columnas y entablamentos. La superficie o alzado queda dividida verticalmente en siete calles y entre calles y, horizontalmente en tres pisos coronados por el ático. En cada uno de estos pisos se superponen los órdenes arquitectónicos griegos. Los espacios que resultan de esta distribución alojan pinturas y tallas en paneles y hornacinas, lo que supone una integración plena de las artes plásticas en el conjunto.
Al final de la crónica les dejo algunas fotografías de lo más relevante de lo explicado y también añadiré que en la conferencia tuve el honor de dar una primicia, mostrando una fotografía de la catedral que nos da una visión aproximada de la prospectiva que resulta si la Torre Nueva estuviese terminada. Este montaje fotográfico realizado por mi querida amiga Natalia González Fernández de Castro, no hemos querido perfeccionarlo para que se sepa que es un montaje, pero que bien hubiese podido ser una realidad, de haberse completado la obra de la catedral en su momento.
La iglesia de Santa María Magdalena hoy catedral, consta de una planta de salón. Dime sus dimensiones interiores son de 42,50 metros de larga, excluido el ábside, por 24,30 m. De ancha y 19 de altura. Los muros de las fachadas, miden 1,50 m. De espesor. En la cara exterior de estos muros están adosados unos contrafuertes. Estos contrafuertes, coinciden con la alineación de las columnas y medias columnas del interior de la iglesia.
El templo está formado por tres naves: la principal, de 20,60 m. de ancho y las laterales, 6,80 m. de ancho cada una. La división de la nave principal con las naves laterales, se realiza con ocho columnas de gran tamaño, cuatro a cada lado, cuyas dimensiones son 1,90 m. De diámetro en el pedestal y de 1,70 m. de diámetro en el fuste. Todas las columnas están rematadas por capiteles de estilo dórico y entablamiento cilíndrico que, junto con las bóvedas son lo más original de este templo.
Cada nave tiene cuatro tramos (incluyendo el crucero). Los tramos de la nave central o principal son cuadrados, desiguales y los de las naves laterales, rectangulares. La Iglesia queda iluminada por ocho ventanas situadas en cada uno de los tramos laterales. Las columnas y los muros, con las semicolumnas adosadas, fueron diseñadas por Covarrubias siguiendo el orden dórico romano.
La altura de las tres naves es igual en toda la Iglesia. Juan Gómez de mora cubrió los tres tramos de la nave principal con bóvedas vaídas y las naves laterales con bóvedas de medio cañón con lunetos.
Para finalizar diré que en su interior y cubriendo los lados del ábsides se encuentra el retablo mayor, diseñado por Alonso Carbonell entre los años mil seiscientos doce y mil seiscientos dieciocho. Además de su importancia artística, tiene valor histórico por ser uno de los pocos que se conservan en la Comunidad Autónoma de Madrid correspondientes a la primera mitad del siglo XVII.
En 1611 se concertó la construcción del retablo con el arquitecto Alonso de Carbonell y en enero de 1612, Alonso Carbonell contrató el transporte de la madera que habría de utilizar para la construcción del retablo. Alonso Carbonell y los escultores Antonio Herrera y Antón Morales junto con el ensamblador Miguel Tomás, se hicieron cargo del retablo; excepto el sagrario o tabernáculo que lo realizaría Luis Navarro y Juan Porres.
En mayo de mil seiscientos treinta y nueve, José Leonardo, Félix Castelo y Angelo Nardi, se comprometieron a realizar dos pinturas cada uno de ellos, que deberían entregar el último día de mayo, por el precio de 600 reales cada pintura.
El retablo es de madera cromada y policromada, con una altura de 17,45 m. desde el suelo hasta la parte superior del ático y cubre los tres lados centrales del ábside.
Su fachada muestra un sistema casi ortogonal por entrecruzamiento de columnas y entablamientos. La superficie o alzado queda dividida verticalmente en siete calles y entre calles y, horizontalmente en tres pisos coronados por el ático. En cada uno de estos pisos se superponen los órdenes arquitectónicos griegos. Los espacios que resultan de esta distribución alojan pinturas y tallas en paneles y hornacinas, lo que supone una integración plena de las artes plásticas en el conjunto.
Al final de la crónica les dejo algunas fotografías de lo más relevante de lo explicado y también añadiré que en la conferencia tuve el honor de dar una primicia, mostrando una fotografía de la catedral que nos da una visión aproximada de la prospectiva que resultaría si la Torre Nueva estuviese terminada. Montaje fotográfico realizado por mi querida amiga Natalia González Fernández de Castro, que no hemos querido perfeccionar para que se sepa que es un montaje, pero que bien hubiese podido ser una realidad, de haberse completado la obra de la catedral en su momento.