POR JOSÉ LUIS CABO SARIEGO, CRONISTA OFICIAL DE RIOSA (ASTURIAS) .
Algunos de los jubilados de la mina, practican el el ciclismo de manera habitual, llegando a recorrer distancia de más de cien kilómetros. El periodista David Montañés, en el diario La Nueva España Cuencas del pasado día 12 de febrero, hace referencia a esta actividad. Como referentes de esta afición, destaca al turonés Juanjo Sevillano, de 82 años, pero también al riosano Valentín Álvarez, de 60 años. Ambos llevan saliendo a andar en bicicleta juntos alrededor de 25 años casi diariamente.
Valentín, acaba de cumplir 60 años y la temporada pasada superó los 28.000 kilómetros de pedaleo. Asimismo, ha hecho cuatro veces la París-Brest-París, la reina de la ultradistancia. Se trata de una cita que consiste en recorrer 1.200 kilómetros en un tiempo máximo de 90 horas.
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«»»»» David Montañés
Mieres del Camino 11 FEB 2024 18:00 Actualizada 12 FEB 2024 10:14
«»» El ciclismo tiene fama de ser uno de los deportes más duros. Los profesionales realizan actualmente unos 30.000 kilómetros al año. Se trata de una marca, sorprendentemente, que superan muchos de los cicloturistas aficionados que se han enganchado en las Cuencas a la bicicleta. Un gran número de ellos son prejubilados de la mina y con 60, 70 o incluso más de 80 años enfrentan con frecuencia etapas de más de 200 kilómetros. El pedaleo se ha convertido en una forma de vida, que no solo les aporta beneficios saludables a nivel físico, sino también emocionales. “Hacemos muchos amigos y después de una buena ruta comemos todos juntos”, destacan.
Son muchas las “grupetas” que cada día salen a “andar” en bicicleta en los valles mineros. Una de ellas queda casi cada mañana frente a la estación del tren de Mieres. A las diez suelen iniciar ruta, “salvo que diluvie”. Tienen donde elegir, ya que no faltan puertos míticos en los alrededores, como el Angliru, San Isidro, Pajares, Coto Bello o La Cobertoria. “A nivel de todo Asturias podríamos colocar en la lista de las subidas más duras a San Lorenzo y al Angliru. También Habría que tener en cuenta La Cobertoria, de Lena. Es un puerto que engaña mucho y si llegas arriba del todo, ojito. Cuando arreglaron la carretera quitaron curvas y no tienes respiro”, señalan los integrantes de este nutrido grupo de aficionados, que en ocasiones reúne a un pelotón de casi una veintena de ciclistas.
Todos los equipos ciclistas tienen sus jefes de filas. En el caso del citado conjunto de aficionados que quedan en Mieres destacan dos de sus integrantes. Se trata de Valentín Álvarez y de Juanjo Sevillano. Ambos son mineros jubilados. El primero acaba de cumplir 60 años y la temporada pasada superó los 28.000 kilómetros de pedaleo. “Salimos todos los días, de lunes a domingo todas las semanas del año, siempre que no llueva, claro. Por el invierno, con el frío, podemos rondar una media de 70 kilómetros, Pero en cuanto empieza el buen tiempo no bajamos de los cien y con frecuencia superamos los 200”, apunta Álvarez, natural de Riosa.
Juanjo Sevillano tiene ya 82 años. Este minero jubilado del pozo Figaredo aún aguanta el ritmo de compañeros de fatigas a los que doble en edad: “Si vamos a subir el Pajares, por ejemplo, salgo un poco antes y así cojo un poco de ventaja de cara a la subida. En el llano no tengo problemas para seguir el ritmo”, explica con naturalidad. Este turonés de Cortina se aficionó a la bicicleta hace ya casi medio siglo. Para quienes sientan pereza cuando tienen que regresar a la tienda debido a un olvido, su caso puede generar incredulidad: “Cuando aún trabajaba, en ocasiones, al salir del pozo me apetecía pan de Busdongo y cogía la bicicleta y me acercaba hasta León”. Se prejubiló en 1993. “Cuando trabajaba a relevos no era tan fácil entrenar mucho. Pero en cuanto dejé la mina empecé a andar casi todos los días y son muchos los años que he superado los 30.000 kilómetros al año”.
Juanjo Sevillano y Valentín Álvarez llevan unos 25 años saliendo juntos en bicicleta casi cada día. Para el segundo, el ciclismo ha supuesto casi una metamorfosis personal: “De joven tenía bastante sobrepeso. A los 35 años hice un reconocimiento médico y me dijeron que tenía todos los indicadores disparados. El colesterol, el ácido úrico y todas esas cosas las tenía hasta tres o cuatro veces por encima de la aconsejable”. Por entonces no hacía nada de deporte. “Decidí apuntarme a la Sociedad Cicloturista Asturiana y empecé a conocer gente como Juanjo Sevillano. Desde entonces no he parado y me encuentro fenomenal, como un chaval”, señala tras haber superado la barrera de los 60 años.
Tanto Juanjo Sevillano como Valentín Álvarez subrayan que el deporte engancha. “El cicloturismo te ayuda a socializar de una manera saludable. Cuando sales de ruta paras a comer y conoces mucha gente. A nosotros no nos queda ni una sola carretera asturiana por andar. Hemos visitado todos los concejos de la región durante cuatro años consecutivos”, indican.
Para estos dos prejubilados de la mina todos los paisajes asturianos “son guapos”. “La parte de Navia, la zona de Los Oscos tiene mucho encanto, aunque es muy cuesto”, señalan. Pueden hablar con propiedad de casi cada cuesta de la red vial de la región: “Leitariegos es un puerto que se sube muy bien, aunque sea muy largo. Es muy vistoso y abierto y menos duro que La Cubilla”.
Durante la temporada invernal este grupo de cicloturistas no suele hacer más de 70 kilómetros cada día. Pero a partir de marzo volverán a lanzarse a las largas etapas. “Los miércoles hacemos las rutas más largas, empezamos con 150 kilómetros y vamos subiendo hasta los 210 o 220”, comenta Valentín Álvarez. Explica sin pensarlo mucho cual sería el prototipo de una etapa especialmente amena que repiten varias veces al año: “Salimos de Mieres y subimos el Pajares. Vamos hasta León capital y volvemos por Cármenes. A las dos y media estamos en Villamanín para comer en el Ezequiel. Hasta las seis de la tarde no llegamos a casa”.
Valentín Álvarez ha pasado de tener el colesterol por las nubes a vivir en un permanente ascenso. Ha hecho cuatro veces la París-Brest-París, la reina de la ultradistancia. Se trata de una cita que consiste en recorrer 1.200 kilómetros en un tiempo máximo de 90 horas.
Valentín Álvarez y Juanjo Sevillano han hecho del ciclismo una forma de vida. Son testigos del auge que ha experimentado este deporte en territorios como los valles mineros: “Antes nos conocíamos todos, éramos cuatro. Ahora está todo lleno de bicicletas”»»».