POR PEPE MOTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
No crees en otra vida después de la muerte; consideras que somos un aliento que se extingue y que el Señor y el Cielo perfumado son un cuento chino, o un cuento de conveniencia. Así, al fallecer un ser querido, sin río del Olvido que cruzar, un cuervo o un pino en el que renacer, ni estancia en una playa silenciosa, donde no rompan las olas, acudes confundido al funeral y desde el púlpito, a quien ya no puede escucharte, dedicas unas palabras con esta jaculatoria: «Allá donde estés».
Clamas mirando al cielo raso, no al Cielo mayúsculo, palabra proscrita cuya mención acarrearía consecuencias; te vuelves de pronto espiritual y con lágrimas en los ojos invocas a la finada, en voz alta, para que escuchen además las bóvedas de crucería, con esta muletilla intrigante y descafeinada: «Allá donde estés».
Acaso por justicia poética tu «Allá donde estés» alude a un limbo incógnito porque, en el fondo, que desaparezca la persona amada, parece indigno.
«Allá donde estés»; te avergüenza sacar el Cielo a relucir después de cantar con ella tantas veces aquel himno de Lennon que imagina un mundo sin paraíso.
Pero, ¿a santo de qué le diriges tu plegaria? ¿No ves que se esfumó con tímpanos y todo? Tu pareja está hecha polvo, señor mío, polvo y ceniza, consumida en la urna de acero inoxidable. Nada era antes de nacer y nada será tras entregar la cuchara; no la sitúes en lugar alguno, tampoco le digas «Adiós», que significa «A Dios vas», ni salgas con un «Hasta siempre» en tu país de los nunca. ¡Ejerce, nihilista!, di: «Se acabó», o lo que Augusto: «La comedia ha terminado, ¡aplaudid!», y doblen las campanas por quienes todavía conservan las orejas.
¿Cómo?, ¿pretendes conservarla en la memoria?, ¿crees que tu celo alargará su vida?, ¿que en tu cerebro brotarán sus pupilas? Pues bien, cuidado cuando te rasques la cabeza para dedicarle un soneto, no sea que le arañes un ojo.
«Allá donde estés»; vaya, vaya. ¿Todavía con esas? ¿Crees o no crees en el Allá, en la eterna armonía?
En fin, entiendo en cierto modo semejante eufemismo; te niegas a imaginar a tú pareja en el cielo… con Gary Cooper